Actividad cultural a raudales, procesiones y actos religiosos, propuestas gastronómicas, buena temperatura y una Semana Santa que este año cae a principios de mes son los ingredientes que llevan a la Asociación Riojana de Hoteles a dar por hecho de que durante los próximos días se registrará una ocupación total en la comunidad.
Así lo asegura Demetrio Domínguez, su presidente: “No puede ser de otra manera, la Semana Santa riojana siempre ha sido uno de los momentos más importantes para el turismo de la comunidad; las ocupaciones son altísimas siempre”. Las cifras serán similares a las anteriores a la pandemia: “Es casi imposible superarlas porque, en lo que hay que trabajar es en mantener esas cifras y conseguir que se cuelgue el cartel de ‘no hay habitaciones’ en el mayor número de establecimientos”.
Desde la asociación, Domínguez asegura que “lo primero en llenarse es Logroño y luego la gente va ampliando el radio para, poco a poco, irse llenando todo”. La tendencia de años atrás con respecto al momento de hacer la reserva es constante. “La gente mira sus destinos de Semana Santa durante mucho tiempo, pero las reservas efectivas han llegado especialmente a lo largo de la última semana”, explica.
Lo habitual, y lo que se está registrando también para este año, es que el Jueves Santo la ocupación turística en los hoteles de La Rioja ronde el 70 por ciento, mientras que Viernes y Sábado Santo roce el cien por cien. “Ya el Domingo de Resurrección baja mucho la ocupación porque hay comunidades en las que el Lunes de Pascua no es fiesta y empiezan a marcharse; la jornada es prácticamente testimonial”.
Las dudas recaen, como en otras ocasiones, en el gasto que van a realizar los turistas que lleguen a la región: “Esperemos que se amplíe con respecto al año anterior”, afirma mientras pone el punto de mira en que al caer la Semana Santa a principios de mes este gasto podría se mayor que en otras ocasiones.
Casas rurales, con más planificación
De las 140 casas rurales repartidas por la geografía riojana, pocas quedan ya libres para los días centrales de Semana Santa en los principales portales de internet. “Lo más probable es que, de jueves a domingo, podamos decir que no quedan casas rurales libres”, explica José Joaquín Sanz, presidente de la Asociación de Casas Rurales de La Rioja (ASCARIOJA).
Lo que sí han notado es menor volumen de llamadas que el año pasado: “Nos sorprende porque las previsiones meteorológicas son muy buenas y vemos cómo el año pasado la semana después de Semana Santa tuvimos muchas reservas y este año tenemos menos”, ha comentado.
Esperan que estos días se terminen de concretar las reservas, aunque aseguran que “en las casas grandes en las que vienen grupos la gente se planifica con más tiempo y están ya cogidas”.
Para ellos va a significar el inicio de la temporada: “Estamos notando cómo los fines de semana del resto del año son más flojitos pero que los puentes largos son muy buenos. Podemos decir que, a pesar de la coyuntura económica, el turismo nacional está apostando por salir a disfrutar estos días de fiesta”.
El verano tampoco se prevé malo, ya que “ya estamos teniendo las primeras reservas; la gente en algunos casos es muy previsora”.
Los cámpines, a la espera del último arreón
Los cámpines riojanos también están ultimando las reservas. “En Semana Santa siempre es así porque dependemos mucho de las previsiones meteorológicas; si se sigue confirmando que el tiempo va a ser bueno, creemos que podemos tener un último arreón importante y consigamos llenar”, explica Jon Koldo Salgado, presidente de la Asociación de Campings y Ciudades de Vacaciones de La Rioja.
Camping Berceo.
De momento, las cifras que tienen ya aseguradas es del 70 por ciento en parcelas y del 90 por ciento en bungalows: “La gente que viene en estas fechas llega especialmente de Navarra y País Vasco”.
Rosa Mendoza, del camping Berceo, confirma esos datos y esas sensaciones: “Sí que estamos notando menos llamadas que otros años, pero no es significativo porque luego las reservas se están materializando”. Con una media de estancia de entre cuatro y cinco días, cada vez empieza a llegar más gente de lejos: “Este año tenemos gente de Madrid y de Andalucía, aunque los principales clientes siguen siendo familias de comunidades cercanas, especialmente el País Vasco”.
