La Guardia Civil, en el marco de la Operación ‘Jacqueline’, ha detenido a dos personas de 46 y 31 años e investigado a otra de 50 como presuntos autores de cuatro delitos de robo con fuerza y dos delitos de hurto en el interior de viviendas de Burgos y La Rioja, además de un delito de pertenencia a grupo criminal organizado.
Según ha informado este miércoles la Subdelegación del Gobierno en Burgos, durante los pasados meses de noviembre, diciembre y enero de este año, la Comandancia de Burgos registró un incremento de robos en el interior de viviendas cometidos en breve espacio de tiempo, algunos con el empleo de la fuerza y otros al descuido. Se centraron en las comarcas burgalesas de Las Merindades, La Bureba y Valle del Ebro.
Como resultado del análisis y estudio de la información recabada en las inspecciones practicadas en los domicilios, desde el principio se hallaron ciertas coincidencias en todas ellas (modus operandi, medios empleados y mismos vehículos sospechosos), por lo que se pensó en la presencia de un grupo delincuencial con cierta organización.
El botín siempre era el mismo: dinero y joyas, objetos de fácil sustracción, transporte y posterior venta en el mercado negro; entraban por la fuerza o al descuido y removían cajones y armarios en busca de estos objetos de valor.
Fruto de las pesquisas llevadas a cabo y de numerosas entrevistas con vecinos y los datos aportados por todos ellos, se identificaron dos vehículos como posibles sospechosos, al estar presentes en las proximidades de todos los hechos denunciados.
Del mismo modo, se identificaron tres personas relacionadas con los vehículos y también en fecha y tiempo con las localidades asaltadas. Los tres han sido localizados en sus domicilios y detenidos en La Rioja y Guipúzcoa.
Además de los cuatro robos y un hurto esclarecidos en la provincia burgalesa en el marco de esta Operación se ha vinculado al grupo con otro hurto perpetrado en enero en La Rioja.
Se trata de un grupo extremadamente activo, organizado, con un claro reparto de funciones entre sus integrantes, con gran movilidad geográfica, ya que se desplazaban a otras provincias para acometer los robos. Seleccionaban antes sus objetivos y para ello recorrían previamente las localidades que posteriormente asaltarán.
Actuaban a plena luz de día, al descuido o con el empleo de la fuerza –forzando cerraduras- para acceder al interior de las casas que normalmente en ese momento se encontraban sin moradores dentro.
Viajaban en dos turismos y acometían el robo rápidamente, removiendo cajones y armarios para hacer acopio de dinero, joyas y objetos pequeños pero de gran valor, de fácil transporte para su posterior introducción y venta en el mercado negro.
