La Rioja

Ángeles de uniforme y alas moradas: “Hay casos que te tocan muy hondo”

Guardia Civil y Policía trabajan unidas para proteger y acompañar a las mujeres que sufren violencia machista

Leire Díez/Daniel Ortiz.- La violencia de género es la mayor constatación de que en la igualdad entre hombres y mujeres queda mucho terreno por recorrer. Un fenómeno que, pese al aumento paulatino de la concienciación, ha adquirido la calificación de lacra social por méritos propios, pues si un solo crimen machista resulta inaceptable, las 49 mujeres muertas a manos de sus parejas durante el pasado año representan un conflicto colectivo de primera magnitud.

Esta semana, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, un equipo de NueveCuatroUno se ha propuesto conocer mejor el lado humano de quienes mejor conocen, de forma cruda y directa, la naturaleza de la violencia machista: las agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que, junto con la Policía Local, asisten y cuidan de las mujeres que la padecen, brindándoles un trato “personalizado, diferente, respetuoso, preferente, eficiente y delicado”.

“Hay mujeres que vienen en una situación muy, pero que muy vulnerable y tenemos que ser muy delicadas en la forma en la que les atendemos”, explica la inspectora de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional en La Rioja, confesando que “hay casos que, indudablemente, te tocan muy hondo y es imposible dejarlos en el despacho cuando vuelves a casa”.

A Luisa, una de las agentes que componen la UFAM en La Rioja, le ha llevado varios años el ejercicio de construir un muro simbólico que separe lo personal de lo profesional sin que, por el camino, se atenúe la empatía que toda víctima necesite. Como veterana en la Unidad, recalca que “cuesta mucho, pero es una necesidad porque quizás el trabajo judicial pueda ser algo más frío, pero el policial implica un contacto directo con las mujeres que sufren violencia de género, a las que no les puedes fallar porque su seguridad depende de nosotros”.

Trabajo en equipo

A buen seguro, uno de los principales avances en la forma en la que se aborda la lucha contra la violencia machista radica en la optimización de cuantos recursos disponen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, junto con las policías locales y otras unidades autonómicas. Y en esa misión común no puede obviarse el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género, comúnmente conocido como Sistema VioGén, que desde el verano de 2007 aglutina y coordina a todos estos actores para proteger a las mujeres.

Una coordinación que no solo abarca a las citadas entidades policiales entre sí, sino que se traslada al ámbito interno de cada una de ellas. De este modo, Verónica Hidalgo, Cristina Tur y Seila Fuentes constituyen el grupo de trabajo que gestiona los tres equipos VioGén que la Guardia Civil tiene en La Rioja, dentro de la Unidad Orgánica de Policía Judicial: los de Haro, Calahorra y el área metropolitana de Logroño.

“Ahora el seguimiento de los casos es constante, aunque no se hayan decretado medidas judiciales sobre una víctima”, valoran, al tiempo que reconocen que lo más “crudo” de su labor se da “cuando llegas a su casa y ves a niños en medio de esa situación, ya que sabes que se los van a tener que llevar los servicios sociales porque no pueden estar en ese ambiente de violencia de género que afecta a su desarrollo psicológico. Empatizas mucho porque somos madres, te pones en su lugar y da mucha pena”.

Una comunidad “pionera” en la lucha contra el crimen machista

Las características de una comunidad pequeña y accesible como La Rioja la convirtieron en una comunidad pionera en la lucha contra la violencia de género. No en vano, “fuimos de las primeras provincias en implantar el sistema VioGén”, recuerdan desde la UFAM, subrayando que, “al ser una región tan pequeñita, es más fácil coordinar a distintas unidades y entidades necesarias para nuestra labor”. Y, como la veteranía es un grado, toda esa experiencia acumulada a lo largo de los años propicia que “nos sigan tomando como ejemplo en otras ciudades”.

“En grandes ciudades como Madrid o Barcelona es más difícil encontrar un trato tan cercano como el que tienes aquí en Logroño”, señala Luisa, recordando como “en alguna ocasión he visto por la Jefatura a alguna de las mujeres que han pasado por la UFAM y en un primer momento te preocupas, hasta que descubres que venía a renovar el DNI”.

En cambio, esa presumible ventaja puede convertirse en un hándicap en una comunidad con tanto peso rural como la riojana. A este respecto, desde el grupo de trabajo de la Guardia Civil advierten que “en los pueblos pequeños hay más miedo por el qué dirán porque todos se conocen y muchas veces vienen porque se sienten seguras y protegidas. Explican su situación y se van, pero no quieren denunciar; lo que no saben es que una vez que nos lo cuentan o se lo cuentan a cualquier compañera ya se activa el protocolo porque nuestra labor es garantizar su seguridad”.

“Las víctimas son cada vez más jóvenes”

Existe una suerte de paradoja generacional respecto a la violencia de género. Por una parte, muy lejos quedan aquellos años en que se abordaba incluso en tono de comedia en horarios de máxima audiencia. Pero por el otro, y esto es lo verdaderamente preocupante, la violencia machista es un fenómeno que cala cada vez más entre las generaciones más jóvenes.

“Parece que hay mucha mayor concienciación que décadas atrás, pero cada vez viene gente más joven a denunciar. Llegan chicas de 16 o 17 años, incluso alguna más pequeña”, advierte la inspectora de la UFAM, que atisba algo positivo en esta circunstancia: “Significa que las mujeres son conscientes antes de que hay actitudes por las que no tienen que transigir”.

“Este es un problema que se debe de erradicar desde abajo y es súper importante que se empiece a concienciar a la gente desde los colegios porque hay muchos casos entre adolescentes, en parte porque todos los episodios de violencia de género en jóvenes tienen vinculación con las redes sociales y los móviles”, explican desde la Guardia Civil.

“No se puede negar el problema”

En un momento en el que prácticamente cualquier asunto es susceptible de ser sometido a un debate polarizado, las agentes que tratan directamente con víctimas de violencia de género se muestran tajantes al censurar el negacionismo de este fenómeno. “No creo que nadie en su sano juicio sea capaz de negar que exista este problema”, afirman desde la UFAM de la Policía, entendiendo que “puede haber gente que desde su círculo no sea capaz de verlo, pero si pudiesen pasar un día aquí cambiarían de opinión de inmediato”.

Por fortuna, ese negacionismo representa apenas una gota en el océano, pues lo cierto es que la concienciación social sobre esta lacra nada tiene que ver con la que se tenía hace apenas un par de décadas. La agente Luisa (UFAM) se aferra a ello como síntoma de que algo está cambiando en el conjunto de la sociedad: “La violencia machista ha dejado de ser un problema privado, hasta el punto de que muchas veces algún vecino ha llamado ‘de oficio’ debido a un malentendido. Como sociedad hemos pasado de hacer mofas en televisión sobre una mujer maltratada a esto y hay que considerarlo como un pequeño triunfo de todos”.

En el instituto armado coinciden con esa apreciación y subrayan lo fundamental: “Ante un caso de violencia de género siempre se va a actuar, bien sea porque la propia víctima denuncia o porque nos lo comunique algún vecino. Siempre se actúa y siempre se ayuda a la víctima, incluso aunque no haya una denuncia; no es necesario que la haya para que exista un caso de violencia de género”.

Y en esas situaciones, cuando la concienciación social no ha causado el efecto deseado y la lacra de la violencia machista vuelve a aflorar, los cuerpos policiales trabajan todos a una para proteger a la víctima y ofrecerle ese trato “personalizado, diferente, respetuoso, preferente, eficiente y delicado”.

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