La Rioja

La asociación Clara Campoamor considera un hito la primera prisión permanente en La Rioja

EFE/ Raquel Manzanares

La asociación Clara Campoamor, que ejerció la acusación popular en el juicio con jurado por el asesinato de la pequeña Carolina por su madre, ha considerado “un hito más en la lucha contra la violencia a menores” la ratificación de la primera condena de prisión permanente revisable de La Rioja.

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la pena a prisión permanente revisable a una madre por un delito de asesinato alevoso, con la agravante de parentesco, de su hija de 5 años, ocurrido el 26 de enero de 2020 en el hotel de Logroño.

En una sentencia del pasado 26 de enero, el Supremo ha desestimado el único motivo del recurso de casación interpuesto por la condenada contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja (TSJR), que confirmó un fallo anterior de la Audiencia Provincial de la comunidad riojana.

En un comunicado, la abogada de la asociación Clara Campoamor, Alicia Redondo, ha calificado como “un rotundo éxito” esta sentencia del Supremo, que desestima el recurso de la madre para evitar la sentencia permanente revisable por entender que se condenaba dos veces por ser la víctima menor de edad.

El Tribunal Supremo ha ratificado su doctrina sobre la compatibilidad de la agravación de homicidio a asesinato por alevosía por desvalimiento sobre la menor de edad, ha explicado Redondo.

Según recogió la primera sentencia condenatoria, dictada por la Audiencia Provincial en marzo de 2022, la madre y la abuela materna de Carolina -quien apareció ahogada en el Ebro a su paso por Logroño el 28 de enero de 2020- decidieron un plan conjunto para poner fin a sus vidas y, además, acabar con la de la menor. Para ello, las tres se desplazaron desde Haro (La Rioja), donde vivían, a un céntrico hotel de Logroño el 26 de enero de 2020.

La acusada o su madre, “con plena conformidad de ambas, aceptando cada una los actos de la otra”, suministró a la menor el medicamento “lormetazepam”, en una dosis tal que la menor quedó en un estrado profundo de sedación.

Después, la madre presionó la boca y la nariz de la menor, quien falleció por asfixia mecánica, y según asegura la sentencia, la niña no tuvo ninguna posibilidad de defenderse.

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