La Rioja

El torreón romano de Calahorra ya tiene proyecto

El consistorio calagurritano ha dado un paso más en la consolidación y la musealización del torreón romano de la calle Portillo de La Rosa con la aprobación del proyecto que regirá como tienen que llevarse a cabo las obras en una instalación que pocos conocían en la ciudad hasta hace unos meses.

El proyecto define las actuaciones necesarias para la puesta en valor de este bien del patrimonio histórico de Calahorra, cuya recuperación permitirá continuar con el trabajo de mejora y adecuación del patrimonio histórico de la ciudad.

Con esta actuación, se pondrá a disposición de la ciudadanía un bien muy desconocido por la inmensa mayoría, con cuya visita se podrá conocer más el pasado histórico de Calahorra, y concretamente, profundizar en el conocimiento de las estructuras que constituían las antiguas defensas de la ciudad.

El torreón de la calle Portillo de La Rosa, conocido como “el murrión”, es el único en pie de estas antiguas defensas de la ciudad y al formar parte de una estructura defensiva de la antigua muralla está declarado Bien de Interés Cultural.

El proyecto incluye la recuperación del torreón romano, que será excavado, consolidado y convertido en visitable al que se accederá por un vestíbulo, con aseos, escalera y ascensor adaptado que permitirá acceder a la cubierta del torreón para observar las vistas del valle del Ebro que pueden apreciarse desde la cima.

Además contempla la creación de un patio de acceso y de una sala de usos múltiples de 55 metros cuadrados que podrá satisfacer las necesidades de la vida asociativa de la ciudad.

Para el equipo de gobierno, “el objetivo principal conservar el especial trazado de la calle Portillo de La Rosa, de carácter sinuoso y probablemente paralelo a la antigua muralla”. Así, tan solo se realizaría un pequeño retranqueo para facilitar la visibilidad de una de las aristas del torreón, compuesta por sillería, actualmente tapada por una de las edificaciones a derribar.

También se prevé que, una vez derribado el inmueble colindante, se pueda observar la composición constructiva del torreón. Además, se conoce la existencia de una antigua bodega doméstica en uno de los inmuebles a derribar que, si su estado lo permite, se procurará conservar e integrar en el proyecto.

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