Una vuelta por la sección de aceite de los lineales de los supermercados o las tiendas de productos gourmet arroja unas etiquetas que no dejan indiferente a nadie con unos precios al alza. El virgen extra ya roza los seis euros el kilo, mientras que el kilo de aceite virgen y lampante (refinados) ya han superado los cinco euros. En La Rioja las almazaras calculan que el oro líquido se ha encarecido entre un 20 y un 30 por ciento en el último año.
“Unos precios, sin embargo, en lo que no se ha repercutido toda la subida de los costes que están afrontando las almazaras, según indican, pero lo cierto es que estos son los precios que había hace diez años. El problema es que en los últimos años se estaba vendiendo muy barato, por eso ahora el consumidor está preocupado, pero es ahora cuando el aceite virgen extra ha recuperado su precio digno. Es ahora cuando se está valorando de verdad su calidad”, remarcan desde la Denominación de Origen Protegida Aceite de La Rioja.
El riesgo ahora está en una huida de los consumidores hacia alternativas más baratas aunque ello implique menor calidad, algo que preocupa al sector comercializador y que se suma al miedo de no tener aceite suficiente para llegar a la próxima campaña: “Lo que se quieren las almazaras es poder cumplir con los proveedores y cubrir toda la demanda porque sí se está vendiendo aceite ya que el consumidor teme un desabastecimiento y se lanza a comprar. Sí creemos que la situación de subida de precios e incertidumbre derivada se estabilizará en las próximas semanas”.
Un precio que ha evolucionado de una forma inversamente proporcional a la cosecha de aceituna recogida en 2022, más mermada en el sur. En La Rioja, por contra, la producción se ha repartido de forma desigual entre la comunidad, aunque ha resultado ser tan mermada como apuntaba en un principio. A falta de conocer los datos de producción totales de la campaña, desde la DOP apunta que “los kilos serán similares a los recogidos el año anterior, teniendo en cuenta que este año tocaba, en teoría, más producción, pero no ha sido una cosecha tan corta como otras veces”.
En la Almazara Ecológica de La Rioja han apostado también por una “reorganización de los precios para compensar la terrible subida de los costes de producción, pero no por la escasez de cosecha”. En realidad, este trujal de Alfaro asegura que no ha tenido mala cosecha, más bien todo lo contrario: “Hemos tenido una cosecha de récord, llegando aproximadamente a los 200.000 kilos. Por contra, las latas me cuestan ahora un 40 por ciento más y las botellas, un 20 por ciento más”.
La almazara ha subido el precio de su garrafa de cinco litros de 30 a 33 euros coincidiendo con la nueva campaña. “Pero es que el aceite lampante, que es el de peor calidad, se acerca ya al precio al que vendo yo mi aceite virgen extra. El problema es que el aceite es un producto esencial en la alimentación, no como ocurre con el vino que quien quiere darse un capricho se lo da y no le importa pagarlo. Pero con el aceite la gente va a buscar la alternativa más asequible porque todo se está encareciendo”, valora Jesús Catalán, gerente del trujal.
