La Rioja

Solo once municipios riojanos registran más nacimientos que funerales

Sólo once municipios riojanos con más nacimientos que funerales

Cada vez más mayores y con menos niños corriendo por sus calles. Ese es el escenario de la mayoría de los municipios riojanos. Aunque de las 174 localidades que se extienden por La Rioja, 106 han crecido en número de habitantes en el último año, la realidad es que esta crecimiento viene dado por los flujos migratorios entre ciudades, comunidades y países. Y es que, según los datos ofrecidos estos días por el INE, la realidad del saldo vegetativo en La Rioja es desoladora.

Solo once municipios vieron en el último año más nacimientos que funerales. Son Autol, Hormilla, Lardero, Pradejón, El Redal, Santa Eulalia Bajera, Sojuela, Terroba, Uruñuela, Ventosa y Villamediana. En la mayoría de los casos son municipios pequeños en los que se ha dado la coincidencia de que han visto nacer a niños (aunque no sea algo habitual en ellos) y que no han tenido que lamentar fallecimientos. Sólo Villamediana, Lardero y Autol son los que tienen datos más relevantes.

Y es que, un total de 88 municipios en La Rioja no han visto nacer niños en el último año los que supone que la mitad de los municipios riojanos no han registraron en 2021 ningún nacimiento. Una tendencia preocupante que se alarga en los últimos años ya que si echamos la vista atrás, un total de 44 municipios (uno de cada cuatro) no ha visto nacer un niño en los últimos cinco años. Algunos hace décadas que no ven nacer a un pequeño.

La falta de nacimientos pero también el aumento de mortalidad, debido especialmente a la pandemia en los dos últimos años, ha hecho que el saldo vegetativo riojano esté por los suelos. Terrible fue 2020 pero no menos 2021.

No es un caso aislado el de La Rioja, desde 2017, en España hay muchas más muertes que nacimientos. Con la pandemia se han roto nuevos récords: el saldo vegetativo de la población –nacimientos menos defunciones– supuso una pérdida natural de más de 150.000 personas en 2020 (por la alta mortalidad del coronavirus) y 113.000 en 2021.

En La Rioja la caída de la natalidad ha sido importante en los dos últimos años. Si en 2019 nacieron 2.408 nuevos riojanos, en 2021 fueron 2.192 los que vinieron al mundo en La Rioja. Los fallecimientos han ido en el sentido contrario en los últimos años. Mientras en en La Rioja los fallecimientos rondaban las 3.200 defunciones antes de la pandemia, en 2020 alcanzaron las 3.700 defunciones.

En lo que se refiere al saldo vegetativo solo tres municipios tiran del carro: Villamediana, Lardero y Autol. Lo vienen haciendo desde hace años aunque cada vez en menor medida. Lardero y Villamediana siguen creciendo pero lo hacen por debajo de la mitad de lo que lo hacían en años previos a la pandemia. Autol no ha variado su ritmo y sigue creciendo en la misma medida mientras que Pradejón es uno de esos casos en los que el saldo vegetativo iba creciendo y cortó su ritmo hasta empezar a perder después de la pandemia.

Sin cabeceras de comarca con crecimiento

Si municipios más pequeños y los que rodean a Logroño son los que ganan vecinos en lo que se refiere al saldo vegetativo, no hay ni una sola cabecera de comarca que no pierda habitantes naturales y una tendencia que era habitual antes de pandemia, con ella se ha intensificado en algunos.

Logroño ha sido uno de esos municipios que ha incrementado su saldo vegetativo negativo. Si la capital venía perdiendo una media de 200 vecinos al año antes de la pandemia (nacimientos menos defunciones), en 2020 llegaron a ser 604 y en 2021 han sido un total de 515. Además la ciudad pierde saldo migratorio ya que en el último año perdió en torno de dos mil habitantes totales.

Aunque Calahorra ganó un puñado de habitantes en el último año no fue gracias al saldo vegetativo. Aunque en 2020 perdió 79 vecinos entre los que nacieron y fallecieron, en el último año volvió a la tendencia anterior perdiendo en torno a una treintena.

Haro es otro de los municipios que gana habitantes gracias a las personas que llegan de otras ciudades, de otras regiones o incluso de otros países. Aunque vegetativamente había llegado en 2017 a ganar habitantes empezó a bajar de forma tímida hasta el batacazo en pandemia con una pérdida que multiplicó por ocho la que había tenido el año anterior.

Alfaro iba mejorando en este aspecto antes de llegar el virus. Poco a poco iba perdiendo menos habitantes de forma natural. Lo curioso del caso alfareño es que en 2021 perdió un 40 por ciento más de vecinos que el año anterior, el más duro de la pandemia.

Arnedo empezaba a crecer cuando llegó la pandemia que frenó ese crecimiento mientras que Santo Domingo ya se encuentra el datos anteriores a la pandemia y Nájera va recuperando la tendencia previa. De todas las cabeceras de comarca, Torrecilla en cameros es la única que se mantiene con datos similares a los años anteriores a 2020.

Subir