Un viaje desde Bilbao hasta Madrid a bordo de un vehículo compartido, en el que la presencia de algún viajero insoportable convierte el trayecto en una odisea. Ese el argumento sobre el que pivota ‘El cuarto pasajero’, la última película de Álex de la Iglesia, que este viernes llega a las salas de cine.
Si la cinta está a la altura de la filmografía del director vasco lo acabará determinando el tiempo, pero lo que está claro es que De la Iglesia tardará mucho tiempo en olvidar el rodaje de la película, que fue especialmente agitado en su paso por La Rioja.
Los primeros contratiempos se dieron ya en la fase de producción, cuando el cineasta no conseguía obtener los permisos necesarios para rodar de noche en una carretera de la comunidad. Álex de la Iglesia compartió su lamento en las redes sociales y la propia presidenta autonómica, Concha Andreu, se vio obligada a intervenir para que la ‘road movie’ llevara a la gran pantalla los paisajes riojanos.
FOTO: Pokeepsie Films.
Solventado este percance, quedaba lo más complicado: esquivar las restricciones asociadas a la pandemia del COVID-19 y mantener al equipo de rodaje alejado del dichoso virus. Ninguna de las dos cosas salieron bien.
El positivo de un miembro del equipo puso en cuarentena el rodaje a principios de febrero del pasado año y, cuando al fin pudo retomarse la actividad, quince personas del equipo de Álex de la Iglesia fueron sancionados por organizar una fiesta en un céntrico hotel de Logroño, en la que se reunieron sin mascarilla y sin respetar la distancia social en un momento en el que la pandemia seguía obligando a extremar las medidas sanitarias.
Ahora todos los contratiempos de la grabación quedan atrás y Álex de la Iglesia busca retomar la antigua normalidad en cuanto a cifras de asistencia a los cines se refiere.
