La Rioja

Logroño en marcha: la revolución ‘exprés’ de la calle Murrieta

Sin tanta atención mediática como las de otras intervenciones (República Argentina, por ejemplo), la calle Marqués de Murrieta ha experimentado en un visto y no visto una de las mayores transformaciones urbanísticas de Logroño en los últimos años.

El pasado mes de junio comenzaron los trabajos, que a mediados de agosto ya habían concluido para calmar el tráfico en una de las principales vías de acceso y salida del centro de la capital riojana. Entre los aspectos más llamativos de la intervención destacan la supresión de los semáforos (los había a la altura de las calles Vitoria, Beratúa y Ramírez de Velasco), así como de los giros hacia la izquierda para conseguir un flujo del tráfico más calmado, al evitar los clásicos acelerones para llegar al siguiente semáforo en verde.

Con el fin de fomentar los medios de transporte sostenible, la nueva configuración de la vía multiplica el protagonismo de los carriles ciclistas, que se sitúan en sentido unidireccional a ambos extremos de una calzada en la que el tráfico rodado se reparte en dos carriles que ‘serpentean’ para hacer efectiva la limitación de la velocidad a 30 kilómetros por hora.

Otro de los elementos que contribuyen a calmar el tráfico es la construcción de pasos de peatones más amplios que los que ya existían y elevados para mejorar la visibilidad de los viandantes a ojos de los conductores. No solo se modifican los pasos de cebra ya dispuestos en la calle, sino que además se ha creado uno nuevo a la altura del Palacio de Justicia, que mejora sus conexiones con la acera norte de la vía.

A la entrada a Murrieta desde la rotonda de las Palmeras también se ha elevado el paso de peatones ya existente, al tratarse de un enclave históricamente conflictivo para la convivencia entre viandantes y vehículos a motor.

Otro de los aspectos más llamativos de la reurbanización de Murrieta ha sido el cambio de sentido en la calle Vitoria, en cuya desembocadura hacia Murrieta se ha creado una pequeña mediana para pacificar el tráfico rodado en beneficio de la seguridad de los peatones.

Uno de los grandes retos que planteaba el proyecto era cómo resolver la carga y descarga para el comercio tras la supresión de la banda de aparcamiento para asentar sobre ella el carril bici segregado y unidireccional. En este sentido, a lo largo de la calle hay diferentes zonas de estacionamiento para tal fin, que se complementan además con aparcabicis.

Con la creación de estas zonas de carga y descarga se acaba con la doble fila, ya que, al contar la vía con un único carril por sentido, cualquier vehículo comercial que estacionase fuera del área permitida colapsaría por completo el tráfico de la calle.

En la intervención también se ha economizado el espacio público para redistribuir las paradas del autobús frente a los accesos a ‘La Bene’, que anteriormente estaban separadas por varios metros y ahora son anexas. Además, tras las marquesinas se le da continuidad al carril ciclista.

El proyecto, por último, se ha complementado con la instalación de nuevas zonas verdes con sistemas especiales de drenaje sostenible para reducir el efecto de las islas de calor, aumentar la biodiversidad, aliviar a los sumideros del exceso de agua e infiltrar humedad al subsuelo para potenciar su capacidad de absorber CO2.

Así, en apenas tres meses, la gran vía de acceso al centro de Logroño desde el oeste se ha transformado en una calle más amable, más segura y con menos emisiones.

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