Inaugurado con el inicio de siglo, el hospital de Calahorra siempre ha tenido una deuda pendiente con los usuarios: la falta de profesionales. Su situación como fundación, lejos del Servicio Riojano de Salud (Seris), propiciaba que la mayoría de los profesionales saliesen huyendo del centro en cuanto encontraban una salida más estable. Una situación que se ha revertido con la integración dentro del sistema público de salud, como se ha visto en el último intento de captación de profesionales.
Una época dorada para el hospital que, después de lustros en los que el mayor quebradero de cabeza era estabilizar la plantilla, ha visto inversiones importantes y, sobre todo, una fórmula para que los profesionales que llegaban se quedasen y los que estaban lejos optasen por trabajar en él.
Setenta mil personas son los usuarios potenciales del hospital. Ahora cuentan con profesionales que trabajan fijos tras la convocatoria de plazas más importante desde su creación. Belén Pérez, directora médica del centro, ponía palabras a un día tan importante para el centro. “Es un día histórico para todos los profesionales y para los usuarios, hemos recibido a gente que viene de Galicia (neumología), de Navarra (cardiología), de Madrid (hematología) y Aragón (endocrinología)”, explica. Atracción de talento puro y duro.
Si lo normal hasta ahora era que las ofertas quedasen desiertas, esta vez la situación ha sido bien distinta y esta semana se ha puesto cara a los quince nuevos profesionales que trabajarán en el centro. De ellos, la mayoría es personal sanitario que se encontraba en una situación de interinidad, aunque también han llegado algunas caras nuevas al centro sanitario como la del neumólogo Artur Yesayan. “Elegí Calahorra porque era el hospital en el que más necesidad había de alguien de mi especialidad”, cuenta. Vivirá a partir de ahora en Calahorra: “Ha sido casi misión imposible encontrar un piso, pero al final tuvimos suerte y ya lo tenemos”.
Beatriz Castillo es pediatra. Llegó al hospital hace un par de años y ahora ha consolidado su plaza: “Se trabaja muy bien aquí y por eso me decidí a quedarme definitivamente”. La doctora reconoce que el trabajo en el Hospital de Calahorra es apasionante: “Cuando trabajas en hospitales más grandes terminas sólo dedicándote a tu subespecialidad y aquí ves un poco más de todo”. Es una característica que muchos de los profesionales valoran del hospital riojabajeño.
También el trato. Patricia Diaz es ginecóloga: “He trabajado en la sanidad pública, en la privada, en hospitales grandes y pequeños y en este se trabaja muy bien, especialmente por la cercanía con compañeros de otras especialidades y de los estamentos más altos, como pueden ser las coordinadoras o la propia dirección”. Su especialidad vivió las horas más bajas en el hospital hace algo menos de un año. Durante la pasada Navidad, la falta de profesionales propició que durante algunos días varias mujeres tuviesen que dar a luz a sus hijos en el San Pedro en Logroño. “Es difícil que ahora eso vuelva a pasar”, comentaban este lunes.
Para Baltasar Laínez, cardiólogo llegado desde Navarra, “el potencial de desarrollo del hospital es muy importante y fue una de las cosas que me hizo decidirme para solicitar la plaza”.
Nuevas caras, nuevas ilusiones, y ocho plazas más que se han quedado vacantes y que saldrán próximamente para que el hospital de Calahorra y sus servicios sigan creciendo.
