Que en Logroño había ganas de fiestas tras dos años de ausencia es algo que puede constatar cualquiera que se haya dado una vuelta estos días por los actos más señalados del programa. Los sanmateos han sobrepasado este martes su ecuador y la ciudad se divide entre quienes ven el vaso medio lleno o medio vacío. Entre quienes mantienen que lo mejor está por venir y quienes piensan que por ellos ya estaría.
Todo arrancó el sábado con un cohete multitudinario como pocos recuerdan. En torno a 60.000 personas se congregaron en la Plaza del Ayuntamiento para encender la fecha fiestera y dar rienda suelta a una euforia contenida por culpa del COVID.
Pese a las dificultades para abrirse paso en las calles, la normalidad ha sido la tónica destacada en esta primera mitad del calendario festivo, apenas rota por las dos personas detenidas por robar medio centenar de móviles en la jornada inaugural de los sanmateos y por las 78 personas atendidas por el dispositivo especial de Cruz Roja, si bien en la mayoría de los casos se ha tratado de cuadros leves.
Los actos más esperados
A falta de vivir con intensidad los tres días que le quedan por delante al programa de fiestas, lo ya disfrutado deja como evidencia el afán de los logroñeses por recuperar los elementos más icónicos de sus fiestas patronales. Más allá del citado cohete, los espectáculos de fuegos artificiales en La Ribera se han vuelto a reivindicar como concurrido punto de encuentro, más si cabe en un año en el que su celebración ha colgado de un hilo por el alto riesgo de incendios en la comunidad.
FOTO: EFE/Raquel Manzanares.
A escasos metros de allí, otro de los puntos neurálgicos de las fiestas: las sueltas de vaquillas que cada mañana han supuesto el inicio de un largo calendario de actividades. Las gradas de la plaza de toros han rozado el lleno con miles de familias dispuestas a divertirse y sufrir a partes iguales con los revolcones, quiebros volteretas de aquellos valientes que no dudan en ponerse delante de un astado.
Otra gran constatación es el papel del Espacio Peñas 2.0 como centro neurálgico de los sanmateos. Más allá de su atractivo cartel de actuaciones musicales, el enclave ha sabido conjugar su programación de tal modo que se divierten de igual modo el público familiar y el que busca algo más de adrenalina.
Foto: PrekoRock
La música en directo casi de continuo se complementa con la habilitación de espacios para que los más pequeños de la casa desfoguen energía y sus ‘foodtrucks’ ofertan posibilidades para todos los gustos, con el aliciente de poder descansar los riñones en sus amplias bancadas para comer a mesa puesta.
Pero si algo ha celebrado con ganas la ciudadanía logroñesa y los visitantes a la capital riojana en las cuatro primeras jornadas de fiestas, eso ha sido sin duda la oportunidad de volver a exaltar la fraternidad en torno a actos ya imprescindibles en el programa festivo.
Sirva como primer ejemplo el Concurso de Calderetas, que este año ha contado con la participación de más de un centenar de grupos para los que ganar no era un fin sino un aliciente en una jornada para gozar como no había sido posible los dos años previos.
De igual modo, el Pisado Popular ha recuperado su impulso con un carácter aún más abierto, en el que cada asistente tenía la oportunidad de remangarse los pantalones e introducirse al tinaco. Un pisado que, además, recuerda que a San Mateo le acompaña el apellido de ‘Fiestas de la Vendimia Riojana’ y que sirve para constatar que la tradición tiene un largo recorrido por delante en detalles como la presencia juvenil en los grupos de danzas de la comunidad o en los niños que representan a cada colegio de la ciudad.
Lo que queda por delante
A estas alturas del calendario más te vale haber reservado algo de combustible en el depósito, porque por delante quedan todavía algunos de los platos fuertes de las fiestas. Este mismo miércoles, día de San Mateo, se desarrolla el acto central del programa: el acto institucional del Pisado de la Uva en el Paseo del Espolón (a las 12:30 horas).
Pero es que, además, este miércoles es otro de los días señalados para los paladares ‘gourmet’, pues la Plaza del Mercado acoge el tradicional Certamen de Chuletas al Sarmiento (a partir de las once de la mañana) y la Cata Urbana que organiza la Peña La Uva a partir de las seis y media de la tarde.
De cara al jueves (penúltimo día de fiestas) tendrá lugar uno de los actos más emotivos de estos siete días de júbilo en Logroño: el recuerdo a los peñistas fallecidos durate la pandemia (a las siete de la tarde en la sede de la Federación de Peñas). Como contrapunto, uno de los actos más concurridos de cada año, el desfile de carrozas desde la Avenida de la Solidaridad.
Y como traca final, el viernes los peñista echarán el resto en el tradicional desfile que precede a la quema de la cuba. Y aunque en 2019 aquello acabó como el Rosario de la Aurora tras un indulto, el Ayuntamiento ha despejado cualquier duda: sí, habrá quema de la cuba.
Por último, al igual que los artistas brindan a los asistentes de un concierto algunos bises, para el sábado no habrá mejor forma de recuperar energías que con el tradicional Festival de Chuletillas, que convertirá la Avenida de Colón en el mayor asador de La Rioja, con 120 puestos en el que las cuadrillas demostrarán sus dotes con el sarmiento como combustible.
Es mucho lo vivido, por tanto, pero todavía queda mucho por disfrutar en los primeros sanmateos ‘completos’ desde que el coronavirus nos cambiara el paso hace ahora dos años y medio. Guarda energías y, como dijo el alcalde en el lanzamiento del cohete, “¡a gozar!”.
