El callejón suele representar el último refugio en los espectáculos taurinos, cuando la bravura de los astados puede, incluso, con los burladeros. En cambio, este martes mateo ni siquiera la circunferencia bajo los tendidos resultaba un espacio seguro. ¿La culpa? De las vaquillas saltarinas, con la actuación estelar de ‘Senador’.
El toro, con su más de media tonelada, era el plato fuerte de la ganadería José Arriazu (de Ablitas, Navarra) sobre el coso de La Ribera. Y no ha defraudado. Sus potentes cuartos traseros le han llevado a explorar el callejón del coso logroñés, ante la admiración y el susto de los asistentes en una plaza a reventar, con más de tres cuartos de entrada este martes.
Tras el paso de los profesionales sobre el albero, la capea popular ha deparado algún que otro susto. Un joven ha tenido que ser atendido en la misma plaza de policontusiones, tras el revolcón que una de las vacas le ha propinado contra las barreras de la plaza. Es el saldo de asistencias de un espectáculo cerrado con cientos de jóvenes (la mayor parte no ha pisado aún el instituto) sorteando las embestidas de una becerra.