Cultura y Sociedad

‘La voz de los desterrados’ narra “el sacrificio” de construir un pantano

Foto: EFE/Abel Alonso.

Sergio Jiménez Foronda

El recién publicado libro ‘La voz de los desterrados’ narra, a través de unos 40 testimonios, “el sacrificio” que supuso para miles de personas la sepultura de Los Molinos, una aldea riojana de Los Cameros, para la construcción del embalse González Lacasa, y busca que esta historia “no caiga en el olvido”.

Así lo ha afirmado a Efe el autor del libro, el investigador del Instituto de Estudios Riojanos (IES) Álvaro González, quien se ha servido de decenas de testimonios de personas que vivieron este acontecimiento y que ahora residen en Ortigosa de Cameros, Logroño, Málaga e, incluso, Argentina, Chile y Filipinas.

González (Logroño, 1990) ha explicado que la construcción de este pantano se inició en 1932 y concluyó en 1962, por lo que entiende que, en la actualidad, “no se trata de buscar un beneficio político ni una compensación económica, pero, por lo menos, que se reconozca ese sacrificio” de unas personas “a las que no se les compensó de forma adecuada”.

Ha indicado que “si Logroño y los pueblos del valle del Iregua disfrutan hoy de agua de boca de sobra, de agua para el regadío y tienen agua para generar electricidad, es gracias a que mucha gente lo pasó mal por ello. Que no caiga en el olvido”.

En 2017, este autor escribió un libro sobre la Sierra de Cameros titulado “El Camino del Iregua”, gracias al que, ha dicho, tuvo la oportunidad de “hacer un viaje a pie desde Logroño recorriendo todos los pueblos para contarlos”, lo que ejemplifica su “interés” por este espacio y, “en general, por el mundo rural”.

“En 2021, que fue un año de mucha sequía, me avisaron de que el pantano de Ortigosa de Cameros estaba muy bajito y subí a verlo”, ha relatado González, quien ha apuntado que “la gente de por ahí sí que sabía, más o menos, que había habido un pueblo, pero pensaban que habían sido cuatro casas y poco más”, ha subrayado.

Sin embargo, ha resaltado que, “hablando con gente para que me contase un poco, vi que había una historia muy potente” porque, de hecho, ayer, día 18, “se cumplieron los 90 años de que el presidente de la República de España, Niceto Alcalá-Zamora, fuera a colocar la primera piedra” de este pantano.

Foto: EFE/Abel Alonso.

“Ya en la inauguración, Alcalá-Zamora dijo que qué alegría que ahí no desaparece ninguna localidad”, según González, para quien “empezamos mal porque, desde el primer momento, su historia, la del pueblo, no se contó, y es algo que quedó en lo más oscuro”.

Ha remarcado que la historia de Los Molinos puede ser “la misma que la de cualquier pueblo que haya desaparecido por un pantano, pero la gente (que lo vivió) nunca lo ha contado, que es lo que más me impactó en realidad”. “La voz de los desterrados”, ha precisado, “no está pensado como un libro histórico ni tiene una aspiración a ser estrictamente local, sino que, al final, las historias son universales”.

González ha señalado que el relato de alguien que “tiene a un familiar al que represaliaron durante la Guerra Civil española o en la posguerra es el mismo que te pueden contar en Murcia porque, al final, son historias que son el siglo XX español con mayúsculas”.

“Pese a que sea la historia particular de ellos, en el fondo, te están contando un sentimiento común de la España sumergida y de la España vacía en general”, “de la gente que se ha ido de sus casas, no por decisión suya, sino por la decisión de otras personas de que allí se construía un pantano y tenían que irse”, ha remarcado.

Ha indicado que ya ha empezado a trabajar en su próximo libro, que también versará sobre la desaparición de un pueblo riojano, Pajares, localizado en Lumbreras, para ser sustituido por un pantano, que también se llevó “la mitad de la aldea de San Andrés”.

“En el fondo, estará basado en lo mismo: recoger testimonios de la gente que vivió allí y contar lo que ocurrió, que también es muy desconocido”, ha explicado, porque “la idea general que hay en La Rioja es que les regalaron una casa a los de Pajares”. Ha desmentido que se produjera ello, puesto que “tuvieron que pagar la casa al precio al que valía, no fue ningún regalo”, tal y como relatará en este próximo libro, que le “gustaría” publicar en 2023.

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