La Rioja

José Joaquín Catalán: “Ahora quiero ser youtuber”

Cronista de Calahorra durante años, José Joaquín Catalán ha sido nombrado ‘Calagurritano de Honor’

Pasar un rato con José Joaquín Catalán (Kata para casi todos) es conocer de primera mano gran parte de la historia de los últimos sesenta años en Calahorra. Cronista de la ciudad, enamorado de ella hasta las trancas y amante de ayudar a cualquier asociación que lo precise, el próximo 20 de agosto será nombrado ‘Calagurritano de Honor’ junto a la asociación de ‘Peregrinos del Señor Santiago de Galicia’.

Ahora que no le queda nada para que haga cuarenta años que tuvo cuarenta años, vive ilusionado pensando que en una Calahorra más próspera es posible. “La ciudad tiene potencial para ser mucho, más sólo hay que mirarla en positivo”, asegura.

– ¿Ilusionado?

– Más bien, emocionado. Cuando me llamó la alcaldesa reconozco que me emocioné, que aunque parezco duro yo soy muy sensible para estas cosas. Además, es que esta historia del ‘Calagurritano de Honor’ me la inventé yo. Recuerdo que Pepe Ibáñez, entonces concejal de Festejos, me llamó para darle una vuelta al acto de coronación de las reinas y creí que se podía hacer algo para reconocer a todos esos calagurritanos que aunque no vivían aquí siempre venían a disfrutar de las fiestas. Los tres primeros años los decidí yo, luego asumió la elección el consistorio y ya cambiaron las cosas y elegían a otro tipo de gente.

– Entonces, si hubiese seguido como lo planteó, hoy no sería merecedor del galardón.

– Pues realmente no. Además, es que tampoco nací en Calahorra, pero fue por una cosa puntual. Entonces se acostumbraba que las mujeres fuesen unos días antes de parir a casa de sus madres para estar bien acompañadas y como mis abuelos vivían en Alfaro, pues allí nací yo. Pero en lo de no perderse las fiestas sí que cumplo. Creo que no me las he perdido nunca. Recuerdo que un año decidimos toda la familia irnos de vacaciones. Accedí, pero a los dos días me volví con los hijos a Calahorra, no aguantaba sin fiestas. Ahora ya no estoy para saltar en las charangas, pero en cuanto oigo las notas de una se me mueven los pies sin querer.

– ¿Cómo empieza Kata a ser cronista de la actualidad en Calahorra?

– Empecé a escribir, si se le puede llamar así, en un periodiquillo que sacábamos en el club juvenil de los Misioneros del Espíritu Santo, el Club Atlas. Luego estuve en un semanario de Zaragoza que era revolucionario. Y claro, en esa época, duró cuatro días. Ya en 1968 comencé a colaborar con El Correo Español y ese mismo año fundamos entre varios El Eco del Cidacos. Después, del 70 al 79, estuve en La Rioja, a la que volví en 1999 hasta 2016.

– Los inicios no serían fáciles.

– La época de la dictadura no fue fácil, entonces no existían las notas de prensa, la información te la tenías que buscar tú. Como yo además trabajaba en Santorromán tenía que buscarme amigos que estuviesen siempre por la calle y se enterasen de lo que pasaba: el aguacil, el sereno, el que llevaba lo de la luz… La peor crónica que he tenido que escribir fue el incendio del bingo con varios muertos, porque lo de la bomba de ETA pudo ser una auténtica tragedia, pero como no hubo muertos… La más bonita fue la del Gordo de Calahorra, sin duda. Entonces las crónicas se daban por teléfono y si era muy urgente, por fax.

– Seguro que ha tenido algún conflicto con algún alcalde.

– Con decirte que uno me quiso llevar a los juzgados… Recuerdo que escribí una crónica criticando que la estación de autobuses se hiciese al lado de un colegio y en un patio de vecinos. Al final, el juez no lo admitió a trámite, pero ahí sigue la estación, a ver si se soluciona de una vez.

– La información ha cambiado mucho desde entonces.

– Una barbaridad. Yo creo que antes estábamos mejor reconocidos los que escribíamos en los medios. No entiendo muy bien por qué, porque ahora la gente está muy formada y da gusto leer a algunos. Pero ahora la gente casi no compra periódicos, y eso que a mi me encanta internet. Eso de tener NueveCuatroUno en el móvil es una gozada, te enteras de todo al instante.

– Es un amante de la tecnología.

– A mí es que todas estas cosas me encantan. Siempre que sale algo nuevo, le pregunto a alguien que sabe y me meto. Hace un tiempo me hice una cuenta en Tik Tok, pero mis nietas me dijeron que no pintaba nada ahí y me borré. Ahora quiero ser ‘youtuber’, hacer un vídeo cada dos o tres días hablando un poco de Calahorra. A ver si me dejan.

– Uno de los motivos por los que el Ayuntamiento le da este reconocimiento es por su colaboración con las asociaciones de la ciudad.

– Siempre que alguien me ha pedido ayuda en una asociación he intentado dársela dentro de mis posibilidades. Recuerdo que la Peña Philips llevaba 25 años y aún no tenía estatutos, pues ahí estaba el Kata. O que casi fui yo quien empujé a la cuadrilla fundadora a crear la Calagurritana… La relación con las peñas siempre ha sido muy estrecha.

– Pero también con otras muchas más: colaborador estrecho del CJCC, Hermano Mayor de la Cofradía de la Vera Cruz, en la directiva del Casino, ahora echando una mano con el Calahorra…

– Es que las asociaciones son fundamentales para el devenir de la ciudad y hay que apoyarlas siempre. Además siempre me ha gustado estar rodeado de gente joven y creo que si les das la oportunidad demuestran todo lo que son capaces de hacer.

– Está claro que su día no tiene las mismas horas que las del resto.

– Pues aún me da tiempo de echarme una hora de siesta y de salir dos horas a andar. Es verdad que siempre lo he dicho: a mi me cunde bastante el día, pero en eso tiene que ver mucho mi mujer. Es que me casé con una mujer excepcional que me sigue gustando después de 60 años de casados. Aún te digo más, la mitad de este galardón es suyo, porque sin ella hubiese sido imposible.

– ¿Le queda algo por hacer en la ciudad?

– Sí, meterme en política.

– ¿Pero no lo ha hecho por falta de oportunidad o porque no ha querido?

– Si fuese por mí, en las próximas elecciones municipales iba en las listas de algún partido, pero hice una promesa. En las primeras elecciones democráticas, el partido comunista me llamó para encabezar su candidatura como independiente. Lo hablé en casa y mi mujer me dijo: “Papá, en política no, por favor”. Y no pienso romper esa promesa. Luego me lo han pedido varias veces y siempre he dicho que no. Mi mujer es sagrada.

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