Agricultura

La mano de obra, el lastre de los agricultores: “El campo ya no es atractivo”

La mano de obra, el lastre de los agricultores: “El campo ya no es atractivo”

Con prisas y muchas dificultades. Así han afrontado los viticultores una nueva campaña de la espergura ante la evidente falta de mano de obra. El calor de mayo hizo que las cepas pegaran el estirón muy rápido, igualando el ciclo en las diferentes subzonas de Rioja y concentrando la demanda de trabajadores en un menor espacio de tiempo.

Una falta de personal que también se palpa durante las vendimias, obligando a mecanizar en muchas ocasiones la recolección. Además, a veces el tiempo no acompaña y está por la labor de complicar más si cabe la gestión de la cosecha, como ya ocurrió la campaña anterior, cuando los astros se aliaron para que gran parte de Rioja sacase prácticamente a la vez los cestos y corquetes.

Muchas cuadrillas llegadas de otras comunidades tenían pensado pasar por las viñas de Alfaro o Tudelilla antes de llegar a Rioja Alta, pero todo se aceleró y la vendimia en la denominación se unificó. Por no hablar de que muchos trabajadores desplazados desde el sur tuvieron que regresar a sus casas antes de lo esperado para comenzar con la recolección de la oliva. Todo esto intensificó la mecanización de la campaña, que cada año ocupa mayor superficie. Pero hay tareas para las que no existe maquinaria alguna.

Los profesionales del campo coinciden en que este problema de escasez de trabajadores viene de años atrás, antes incluso de que llegara la pandemia, aunque esta acentuó la situación. “No es un problema sobrevenido en 2022, sino que va acrecentándose en los últimos años porque cada vez son menos las personas que vienen a trabajar a las campañas agrícolas de La Rioja. No les resultan atractivas y tampoco a los parados, ya que al ser un trabajo ocasional no les proporciona la estabilidad que buscan”, señalan desde la Unión de Agricultores y Ganaderos de La Rioja (UAGR-COAG).

Algo que deriva en un sentimiento de “impotencia” en los agricultores, “máxime cuando estos reciben la negativa de trabajar por parte de personas que, por miedo a perder alguna prestación social, no quieren trabajar con un contrato en regla”, añaden desde UPA La Rioja, asegurando que “hay gente que ha desistido de espergurar por falta de mano de obra”.

Y con la vista ya puesta en las próximas campañas agrícolas, como la recogida de la fruta, UPA prevé que, “al igual que otros años, la situación será difícil”. La organización agraria insiste en la necesidad de atajar el problema que existe a la hora de compatibilizar las ayudas sociales con el trabajo agrario para evitar estas situaciones cada vez más frecuentes.

En este sentido, desde la Unión apuestan porque se retome la medida implantada durante la pandemia de permitir que los parados compatibilicen el cobro del paro con el trabajo en las campañas agrarias, así como que se regularice la situación de los inmigrantes sin permiso de trabajo que ya viven en España. Por otro lado, demandan una red de alojamientos público-privados para garantizar la acogida de temporeros desplazados y la colaboración de instituciones y agricultores para “organizar una contratación en origen planificada y efectiva”.

Pero más allá de faltar mano de obra, “faltan trabajores cualificados”, como indican desde ARAG-ASAJA. “Se necesita gente que conozca la técnica, porque de ello dependerá la producción final. Pero parace que no interesa trabajar ocho horas y cobrar 1.500 euros netos al mes más seguridad social. No es algo que vean atractivo y algunos prefieren cobrar las prestaciones sociales, pasar el mes con poco y no trabajar”.

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