El obispo de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, Santos Montoya, ha afirmado a Efe que, desde su punto de vista, “no hay razones” ahora para cambiar la situación actual del celibato de los sacerdotes católicos.
Así lo ha indicado ante la propuesta de la Archidiócesis de Barcelona de plantear un debate sobre la posibilidad del sacerdocio femenino y el celibato opcional de los sacerdotes, de cara a la asamblea final del Sínodo, prevista para este sábado.
“Una cosa es escuchar y otra que se pueda autorizar todo lo que se plantea”, ha añadido Montoya (La Solana, Ciudad Real, 1966), quien tomó posesión de la Diócesis riojana en marzo pasado, tras ser obispo auxiliar de Madrid.
Este tema del celibato de los sacerdotes no se ha suscitado en los trabajos previos de La Rioja de cara al Sínodo. Ha reconocido que el celibato se ha ido imponiendo a lo largo de la historia en la Iglesia, hasta que se ha convertido en un criterio de discernimiento, lo que “no significa” que si la Iglesia entendiera que debe plantearse de otro modo, “adelante con la cuestión”.
“Yo, particularmente, creo que si la Iglesia, durante todos estos siglos, ha entendido que el celibato es un criterio de discernimiento, hago mía esta postura” y “si ha entendido que no hay razones para la ordenación de las mujeres, también hago mío este planteamiento”, ha asegurado. Para él, “el sacerdocio femenino no es algo que se plantea ahora mismo y son cuestiones que están cerradas”.
Por otra parte, ha explicado que, durante la preparación del Sínodo en La Rioja, sí se ha pedido, entre otras cuestiones, que haya una mayor participación de la mujer en las estructuras jerárquicas de la Iglesia.
La mujer, ha afirmado, cada vez está más presente en la estructura de la Iglesia, no solo ya en las celebraciones religiosas o congregaciones religiosas, sino en las delegaciones del obispo para distintas funciones.
En relación con la democratización de la Iglesia, ha dicho que “no podemos reinventar algo que no es nuestro”.
“Jesucristo ha querido que la Iglesia sea jerárquica y está compuesta por hombres pecadores”, ha afirmado, “pero de ahí a que podamos decir que la Iglesia es una especie de comunidad, de invento humano, que decide sus líderes y su contenido, es un error de base”.
La Iglesia, ha asegurado, “siempre será jerárquica” y “no podemos cambiar radicalmente las reglas del juego. Habrá cosas propias de una época en las que podamos plantear un cambio, pero hay cuestiones que siguen siendo vigentes”.
Por otra parte, Montoya, cuando era obispo auxiliar de Madrid, formó parte del proyecto Repara de la Archidiócesis de Madrid, centrado en la atención a víctimas de abusos y violencia en la Iglesia.
Los abusos en la Iglesia son “un escándalo y nadie puede mirar para otro lado”, ya que “la Iglesia no puede ser la jaula donde acuden los niños y son atrapados”, sino que “tiene que ser un ámbito seguro”. “Deberán depurarse las responsabilidades hasta el final”, según Montoya, y que “la Justicia haga lo que tenga que hacer”.
