La Rioja

“El recadero”, un ‘rider’ para el Valle del Najerilla

Uno de los principales problemas de vivir en el mundo rural es que poco a poco los servicios han ido desapareciendo de los pequeños pueblos. Hay pocos en los que existe ya esa pequeña tienda de ultramarinos que surtía a los vecinos de todo lo necesario para el día a día y son muchos los viajes que éstos deben hacer a localidades mayores para realizar todo tipo de recados. En el caso de las personas más mayores tienen que tirar de hijos, nietos, sobrinos y en la mayoría de las ocasiones por no molestar, esos recados se quedan sin hacer.

Su ascendencia serrana -su madre es de Ventrosa y su padre de Villavelayo- le hacía saber que el problema existía, por eso Mario Herrero un día se planteó seriamente poder echar una mano a esos vecinos a través de un negocio original. “Fue un día en La Rioja Alavesa mientras trabajaba como veedor para el Consejo Regulador. Vi a una señora que vendía quesos y me planteé si ir vendiendo determinados productos en los municipios que ya no cuentan con este tipo de servicios podía ser algo a lo que dedicarme”, recuerda.

En una época en la que plataformas como Glovo triunfan en las localidades de mayor tamaño, la idea de realizar ese servicio en el mundo rural le fascinó. Y así empezó una aventura que, aunque aún no resulta rentable económicamente, sirve para que muchos vecinos tengan eso que tanto necesitan y cuando lo necesitan en la puerta de sus casas. Mario lo llama “logística social”, el resto de los vecinos le conocen como ‘el recadero’, su pequeña empresa se llama ‘El tendero’.

De momento este interesante servicio cubre la ruta del Valle del Najerilla y va dos días por semana a la sierra pero la idea es, poco a poco, seguir ampliando el nicho de mercado: hacerlo habitual también en La Rioja Alavesa y, ¿por qué no?, en cada uno de los valles de la región. Poco a poco se va marcando un ritmo que le hará, posiblemente, tener que contratar a alguien en los próximos meses o lo que es lo mismo crear empleo con el mundo rural como protagonista del proyecto.

“El servicio no es sólo para particulares, también se lo hacemos a bares y trabajamos con diferentes servicios de paquetería”, cuenta. Así, él organiza todos los pedidos y después de llenar su furgoneta los reparte por cada una de las casas de los municipios. “Lo bueno de este servicio es que compramos lo que nos piden y donde nos piden”, explica. “Si una señora está acostumbrada a comprar en determinada carnicería o en un supermercado concreto, nosotros también lo hacemos allí, y si quiere una marca concreta de un producto esa es la que le llevamos”. Si a la persona le da igual, Mario tira de establecimientos de la zona que han acogido a las mil maravillas su idea.

El servicio se puede encargar a través de su móvil (644 708106) o a través de  Facebook, Instagram…”El compromiso es que, como mucho, en 24 o 48 horas tienen el recado en su casa”, asegura. Incluso está llevando pan varios días a la semana a municipios a los que ya el panadero dejó de subir. “Subir para un pan no resulta rentable, pero una vez que la furgoneta está llena subir también un pan es un servicio que agradece el vecino”.

La cabeza de Mario no deja de dar vueltas. Está convencido de que la relación entre los pequeños municipios y los de más habitantes puede suponer un beneficio mutuo. “Otra de las ideas futuras que tengo en mente es aprovechar el viaje de vuelta con productos de las pequeñas empresas locales de la zona hacia las localidades más pobladas”, adelanta. Un ‘win win’ de esos de los que tanto se habla ahora. Eso lo hará a través de una web market que, de momento, está en proceso de creación.

Mario no dice que no a ningún recado. “Recuerdo que una señora me pidió que le comprase unas gallinas que necesitaba y allí estaba yo con las gallinas hasta Bobadilla”, cuenta como una de las anécdotas con las que se ha encontrado en los últimos meses.

Y así, sin casi darse cuenta, se ha convertido en una pieza fundamental para los vecinos de muchos de los pequeños municipios del Najerilla que ya tienen su teléfono entre los destacados para llamarle en cuanto algo les haga falta. El pan, la carne, unas vallas para la huerta, las cervezas que sólo venden en esa tienda de Logroño… cualquier cosa, para eso está él.

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