Toros

El mimo de Urdiales y el concepto y la capacidad de Téllez

Terminantemente prohibido estaba rememorar hoy cualquier resquicio de la funesta tarde del pasado miércoles. Cambió Urdiales el oro por el azabache, como también el serio rictus de anteayer por otro más sonriente. Fue el derecho el primer pie del riojano que pisó (y con fuerza) la arena del ruedo venteño hoy. Tan solo la Virgen de Valvanera volvía a estar presente en la espalda del riojano durante el paseíllo. Sobre el fondo verde del capote de paseo que reconoció a Urdiales triunfador de la pasada temporada riojana esta vez. ¡Lagarto, lagarto!

Pero apareció ‘Casero’ por chiqueros y casi que vino a hacer bueno a algún ‘fuenteymbro’ de los del miércoles. Otro toro vacío; otro animal lleco. Pareció quedarse en la casilla de salida, pues el de Victoriano del Río no empezó a definirse hasta el tercio de banderillas. ¡Y qué cosita! ¡Dónde les puso los pitones a ‘Pirri’ y a Carrero cuando fueron a clavar los palos! Trató Urdiales de templar tal tempestad de cabezazos en la muleta. Misión imposible. Pena que el tal ‘Casero’ no volviera a perder las manos tras el segundo puyazo como en los primeros compases de la lidia, cuando lo protestaron con fuerza.

Una verónica de buen trazo permitió el viejo ‘Enamorado I’ (nacido en septiembre de 2016) en el saludo de capa. O se vencía por el pitón izquierdo, o se salía del embroque a mitad del lance por el derecho. Hubo otra vez protestas hacia el toro, que Talavante acalló en un quite por chicuelinas. Escaso se adivinaba el fondo del animal; poco más o menos como su empuje. Y hete aquí que Urdiales tiró de mimo y delicadeza. Hasta en el planteamiento de la faena, que no quiso que le cerraran al toro en tablas. Había que ahorrar lances, que para eso el animal evidenciaba aguda crisis. Supo dar Urdiales la distancia precisa, que era generosa a la vez. Sin atosigar nunca. Y así brotaron pasajes de sumo gusto. Encajada la figura; el pulso templado. A media altura todo, que era lo que exigía el guion de un ‘Enamorado’ sin corazón. Porque a ‘Enamorado’ le faltó transmisión y, quizás le sobró nobleza. Mala mezcla en esto de los toros. Y así fue perdiendo recorrido la sosa embestida del de Victoriano, que Urdiales aprovechaba en su plenitud. De entre lo malo, quizás le haya servido a Urdiales para volver a sentirse, que hace unas cuantas semanas que la mala suerte no se lo permitía. Unos diez tuvo (a su manera) y Urdiales se los dio.

El buen concepto al natural de Ángel Téllez días atrás le abrieron las puertas de la sustitución de Emilio de Justo hoy. Le brindó al torero herido su primer toro y le deseó una pronta recuperación. Y Téllez supo aprovechar la gran oportunidad en forma de lote con muchísimas posibilidades que se le puso en bandeja. Y se reivindicó como un torero a seguir. Porque tiene el concepto, las formas y la inteligencia. También el valor y el aplomo. De los que vienen para quedarse, a nada que la suerte no le sea esquiva. Mimbres de buen torero, en definitiva, que ha demostrado en dos faenas macizas, de mucho gusto y repletas de temple y empaque.

El toledano ha sabido dar con las distancias y los tiempos. Siempre encajado y bien colocado. De métrica exacta fueron sus dos obras; también de gusto y exposición ante los dos toros más generosos y agradecidos de la tarde.
Bravo fue que hizo tercero, un ‘Enamorado’ medio año más joven que el que sorteó Urdiales. Un toro que se fue viniendo arriba a medida que transcurría la lidia, arrancándose alegre en su segundo encuentro con el caballo, y al que Téllez cuajó desde los doblones por bajo del inicio hasta un pase del desprecio de cartel. Entre medio brilló el toreo en redondo de genial trazo, temple y ligazón. Ofrecido el pecho siempre.

Con un trofeo en el esportón y lejos de asegurar la puerta grande por la vía del tremendismo, cerró a ‘Viajero’ en el tercio para firmar otro trasteo reunido, templado y medido, siempre presidido por la ligazón. De torero curtido fue su tarde. Su toreo, de mano baja; siempre rematado en la cadera. Los pases de pecho, auténticos carteles de toros. Sobre todo, el último.

Por chicuelinas quitó a su primero y por gaoneras a su segundo. Lucidos y ceñidos ambos quites y quizás lo más estridente de su maciza, sólida y deslumbrante actuación. La espada le privó de cortar algún trofeo más.

Su revelación, de lo mejor que deja, de momento, esta feria de San Isidro. Que lo peor o menos positivo es la puesta en escena de Talavante. Era su tercera comparecencia en este abono madrileño y tampoco fue hoy la vencida. Gustó su inicio de faena a ‘Vampirito’, que hizo segundo, rodilla en tierra. Hubo transmisión y son. Pero fue a menos y todo lo que va a menos, pues eso… Demasiados enganchones en un torero del que se espera justo lo contrario: temple y obras ‘in crescendo’. Ni con la espada anda nada fino. ‘Cantaor’ hizo quinto y vino a recordar al toro que abrió plaza, tan apagado y tan vacío de poder.

Plaza de toros de Las Ventas de Madrid. 20ª de la Feria de San Isidro. Lleno de ‘no hay billetes’. Toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés (6º), de variadas hechuras, volúmenes y tipología. Dieron juego dispar. Imposibles primero y quinto. Bravos y de buen juego tercero y sexto. Soso el cuarto. A menos, pero con posibilidades el segundo. Más deslucidos los restantes.

– DIEGO URDIALES, silencio y silencio.
– ALEJANDRO TALAVANTE, ovación y silencio.
– ÁNGEL TÉLLEZ, oreja tras aviso en ambos.

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