Sucesos

¿Dónde está Javier? Un dispositivo sin precedentes en la investigación criminal en La Rioja

De todas las tragedias posibles, ninguna es tan cruel como una desaparición. Los seres queridos del sujeto que se marcha sin dejar rastro aviva una batalla incesante entre la desazón y la llama de esperanza que cierra la puerta a un trágico desenlace. En ocasiones, el caso se resuelve -con mejor o peor suerte- en cuestión de horas. En otras, el sinvivir se prolonga durante semanas, cuando no durante interminables meses.

La desaparición de Javier Ovejas es uno de esos casos que conmueve a cualquiera con un mínimo de empatía. El 29 de julio se perdió cualquier pista sobre el paradero del joven de Cornago, cuyo coche se encontró estacionado junto al número 32 de la Avenida Santa Ana de Entrena. Allí residía Ó. P. R., un conflictivo vecino con varios pasos por prisión por una docena de delitos de toda índole y único detenido en relación a este angustioso suceso, que los investigadores afrontan como homicidio.

Su principal hipótesis pivota en torno a un ajuste de cuentas relacionado con asuntos de drogas, que se resolvió con el asesinato del joven, cuyo cuerpo aún no ha sido localizado, a manos del arrestado. Los testimonios de los vecinos relatan una fuerte discusión que derivó en gritos de auxilio que solo cesaron tras el estruendo de varias detonaciones en la vivienda de Ó. P. R. en la noche previa a la desaparición de Javier.

Por tierra, agua y aire

Durante las primeras semanas, la búsqueda del joven se gestionó como otra de tantas desapariciones. Se organizaron batidas vecinales -coordinadas por la Guardia Civil- que peinaron palmo a palmo y con apoyo aéreo todo el área del Moncalvillo y el valle del Iregua. Pero ni una sola pista que condujera al paradero de Javier.

 

El dispositivo prosiguió bajo tierra, con el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) explorando toda la red de canalizaciones de riegos y balsas que discurren por los términos municipales de Entrena y Navarrete. Una labor que varios meses después sigue desarrollándose y que sí arrojaron resultados, pues durante uno de los rastreos se pudo localizar el teléfono móvil de Javier Ovejas.

Dos detenciones en diez meses

Gracias a la conexión de cabos sueltos de los investigadores, la Guardia Civil ha practicado hasta la fecha dos detenciones. La primera fue la ya mencionada de Ó. P. R., practicada el 12 de agosto en la vivienda donde presuntamente se cometió el crimen. Tras acompañar a los agentes en un minucioso registro, el arrestado ingresó en prisión comunicada sin fianza, régimen en el que permanece desde entonces.

Foto: Raquel Manzanares (EFE)

 

Apenas un mes después, el 5 de septiembre, el Instituto Armado arrestó en Ribafrecha a otro joven por su posible relación con la causa, si bien tres días quedó libertad tras prestar declaración ante el juez.

Una fecha histórica para la investigación criminal en La Rioja

Este martes, casi diez meses después de la desaparición del joven, la investigación ha sentado un precedente hasta ahora insólito en las pesquisas criminales en La Rioja: el empleo del georradar. Nunca antes se había recurrido en la región a esta tecnología, empleada en casos como los de Marta del Castillo y José Bretón, que permite realizar prospecciones del terreno para descubrir movimientos antinaturales de tierras sin necesidad de abrir una zanja y que ha propiciado que se retomen los registros en la vivienda del detenido, que no se ha mostrado colaborador con los investigadores en ningún momento.

Un amplio despliegue policial ha acompañado desde primera hora al uso de esta herramienta en la vivienda del detenido: un edificio de dos plantas con una amplia zona de huertas a sus espaldas. Mientras tres operarios realizaban labores de desbroce para despejar el terreno, los técnicos han escaneado los 185 metros cuadrados de la finca palmo a palmo.

Las prospecciones iniciadas este martes se prolongarán durante los próximos días. Estas se realizan en presencia del acusado, agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil y personal de la Administración de Justicia. Asimismo, dos perros del Servicio Cinológico del instituto armado inspeccionan el terreno en busca de indicios sobre la ubicación del cadáver.

 

La primera jornada de prospecciones se ha saldado sin resultados concluyentes sobre el paradero del joven desaparecido, pero los investigadores no arrojan la toalla e intensificarán sus esfuerzos de nuevo a partir de este miércoles.

A la espera de reultados, la desaparición de Javier Ovejas marca un punto de inflexión en la investigación criminal en La Rioja, pues nunca antes se había dispuesto de tantos recursos para resolver un crimen cometido en la región. Por tierra, agua y aire, la investigación prosigue su lento pero seguro avance para encontrar los restos del joven riojano y así poder cerrar el caso.

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