La Rioja

Logroño, sobre dos ruedas: bicicletas y patinetes irrumpen en la calzada

La primavera se hace latente con su temperatura que anima a quitarse capas de encima, cambiando la estampa del campo, pero también la de la ciudad. Como esas primeras flores que emergen de los tallos, los vehículos de dos ruedas sin motor afloran al mismo tiempo sobre el asfalto de las urbes.

La movilidad urbana en Logroño se encuentra en un proceso de transformación que, aunque todavía no esté en una fase avanzada, da pasos ágiles con las bicicletas y los patinetes eléctricos recorriendo la ciudad como nuevos inquilinos de la calzada.

Una apuesta fuerte también por parte del Ayuntamiento de Logroño, que pretende reducir la velocidad del tráfico en la ciudad, al mismo tiempo que se favorece la convivencia de los diferentes modelos de movilidad y se impulsa la movilidad activa, con los cambios estructurales del espacio público que ello implica.

Recientemente, el consistorio ha impulsado un nuevo carril bici en la calle Murrieta, dentro del eje ciclista Sur-Oeste, que se suma a los 2,5 kilómetros que unen Los Lirios con El Espolón y que han dejado un nuevo escenario de circulación en las calles Obispo Fidel García y Duquesa de la Victoria.

José Ángel pedalea por el carril bici de Duquesa de la Victoria.

A lo largo de esta vía discurre un carril bici de un único sentido (El Espolón-Los Lirios) que José Ángel recorre cada día para volver del trabajo. En cambio, para ir a trabajar tiene que incorporarse al carril por el que circulan los coches.

“Está muy bien que favorezcan el uso de la bicicleta, pero deberían permitir que estas puedan ir por el carril bici en ambos sentidos porque con estas obras que han hecho no hay espacio suficiente en el mismo carril para una bicicleta, el metro y medio de distancia que hay que guardar y un turismo”, opina.

Este vecino aplaude las actuaciones del consistorio, pero demanda a su vez mayor presencia de este tipo de carriles para que la convivencia entre los diferentes tipos de movilidad se equiparen poco a poco.

En esta misma calle se acerca veloz a lo lejos Joana. Lo hace sobre su patinete eléctrico, pero acepta interrumpir su recorrido y hacer un breve alto en el camino. Esta joven usa indistintamente la bicicleta y el patinete para moverse por la capital “cómodamente”.

Comenzó con la bicicleta, pero ahora también usa el patinete, “y lo hago habitualmente, sobre todo para ir a trabajar, porque para hacer compras no es muy viable “.

Ezequiel, tras concluir su jornada laboral, en la calle Juan XXIII.

Ezequiel carga todos los días su bicicleta en el autobús que lo lleva de Logroño a Nájera. Allí pedalea durante unos diez minutos y repite lo mismo para volver de trabajar. “Este es mi medio de transporte”, sonríe, “y lo uso para casi todo, ya sea para ir al trabajo, hacer recados en la ciudad o incluso quedar con los amigos”.

Sin embargo, reconoce que todavía no se siente del todo seguro circulando sobre dos ruedas en la misma calzada por la que ruedan los coches: “Yo vivía anteriormente en Vitoria y eso era otra cosa. Hay una gran diferencia en la preferencia que se le da allá a la bicicleta a la que se le da aquí porque en Logroño todavía se nota que la gente no está muy acostumbrada a su uso habitual”.

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