La consejera de Igualdad del Gobierno de La Rioja, Raquel Romero, ha afirmado este jueves que “por supuesto que no me considero una tránsfuga” y que “La Rioja importa más que Podemos”. “Nuestro compromiso con la coalición del Gobierno es firme, más allá de cualquier estrategia partidista y cualquier fetichismo de siglas”.
Romero ha realizado estas afirmaciones durante su primera comparecencia pública tras hacerse efectiva su expulsión de Podemos (junto a otras cinco personas de su círculo de confianza en la Consejería) por no donar un porcentaje de sus sueldos a la formación -lo que incumple el código ético interno de la formación morada- algo que no confirma ni desmiente porque “no es relevante” y “no merece la pena entrar en ello”.
La consejera ha subrayado que “el Gobierno es estable”, obviando pronunciarse sobre si valora la posibilidad de renunciar al acta de diputada, mostrándose como víctima de un “expediente (de expulsión de Podemos) sumarísimo”, al que no presentó alegaciones.
A pesar de que el pacto antitransfuguismo -suscrito, entre otros, por PSOE y Unidas Podemos- considera tránsfugas a “los representantes locales, autonómicos y estatales que, traicionando al sujeto político que los presentó a las correspondientes elecciones, haya abandonado el mismo, hayan sido expulsados o se aparten del criterio fijado”, Romero niega tal condición y se considera purgada por acercar posturas con la plataforma progresista que intenta impulsar Yolanda Díaz.
“La estabilidad del Gobierno es más importante que cualquier sigla”, defiende Podemos, indicando que “hay mucho interés por parte de muchos, también de la derecha, de que no haya un Gobierno de izquierdas en la comunidad”.
Una conspiración en el corazón de Podemos, un partido que “me da pena”
La versión de Raquel Romero sobre su expulsión se articula en torno a una conspiración “nacida de la dirección nacional de Podemos” para “golpear al PSOE”, algo que “hacen desde diferentes instituciones”. Así, siempre según el relato de la consejera, la formación morada la ha purgado por acercar posturas con el proyecto aperturista que encabeza Yolanda Díaz, pese a que la ministra ha repetido en diferentes ocasiones que aún no ha llegado el momento de perfilar su propuesta a nivel autonómico.
De hecho, Romero ha afirmado que prevé contactar con Yolanda Díaz próximamente, pues aún no lo ha hecho. Tampoco ha acercado con otras fuerzas políticas progresistas en la comunidad, como Izquierda Unida, ya que “las elecciones municipales y autonómicas están todavía lejos”. Y aun así, la consejera asevera que “no deduzco que Podemos me expulsa por acercar posturas con esa plataforma, lo sé”. Un movimiento que, por cierto, espera liderar en La Rioja “yo o cualquiera de mis compañeras”.
“Nuestro compromiso con una ampliación del espacio político nos estaba costando presiones”, afirma la consejera de Igualda, quien afirma que “me da pena porque Podemos era un proyecto para cambiar la vida de la ciudadanía”, pero “el fetichismo por las siglas y el poder mal entendido ha devenido en achicar nuestros esfuerzos para ampliar el espacio político”.
Raquel Romero ha lamentado la “sangría” de votos perdidos por Podemos en las últimas elecciones, que “hay que parar” que atribuye a que “a la ciudadanía le interesan proyectos en los que se cambie una realidad como la que existía hasta ahora”. A este respecto, dediende que “el cambio que se ha dado en La Rioja en materia de igualdad es indiscutible, salta a la vista”.
El trabajo de Romero en el Gobierno
La Consejería de Igualdad contó el pasado ejercicio con casi 14 millones de euros de presupuesto, de los cuales dejó de invertir 6,3 millones, prácticamente la mitad. La oposición la ha acusado de incumplir reiteradamente las políticas de transparencia y buen gobierno, competencias adscritas a su área en el Ejecutivo.
Romero ha justificado este jueves su inacción en que “han sido dos años difíciles porque los Presupuestos no estaban pensados para una situación de pandemia”, al tiempo que afirma que “tenemos que mejorar las fórmulas para que se puedan ejecutar”.
La labor parlamentaria de Romero tampoco destaca por su abundancia: en los casi tres años de legislatura apenas suma dos horas de discurso ante el Parlamento y otras cinco en las comisiones de la Cámara regional. Aun así, ha aludido a una labor alejada de los focos en materia de igualdad y ha avanzado sus planes “para mejorar el código ético y el decreto de acceso a la información” del Ejecutivo regional, así como en la futura “Ley Semántica, que va a ser novedosa a nivel estatal”.
