La Rioja

Muebles con alma: ebanistas de antaño adaptados al ritmo de vida actual

Son un claro ejemplo de valentía y ganas. Contaban con un un trabajo indefinido cada uno, pero lo dejaron para hacer realidad su proyecto y sueño. Sheila Justo y Alejandro Aguirre llevan más de siete años creando muebles, sin embargo fue en 2017 cuando pusieron nombre y razón a su trabajo: Alma de Blues.

¿El nombre?, no fue difícil encontrarlo. “El blues es una música creativa, igual que nuestros muebles. Ambos tienen alma”, explica Sheila. Todo comenzó buscando el mobiliario ideal para su casa. El mercado no representaba lo que ellos querían transmitir en su hogar, así que “empezamos a crear y construir ciertas piezas que gustaron mucho a familiares y amigos y comenzaron los encargos”, indica Álex.

El proceso no fue sencillo, pero tenían un as en la manga. “Mi padre es ebanista y ha trabajado toda su vida con la madera. Montamos un pequeño tallercito en casa y a partir de ahí empezamos a hacer muebles”, cuenta Alejandro. Se arriesgaron y no se arrepienten.

“Apostamos por recuperar el oficio de la ebanistería. No queremos trabajar con materiales de baja calidad para entrar en un mercado ya saturado, de hecho estamos enamorados de la madera porque aporta mucha calidez y porque es un material orgánico”. Sheila destaca que “respetamos el medio ambiente y trabajamos con certificados de tala sostenible”.

Todos sus piezas son artesanales. Tanto Álex como Sheila son dos personas muy creativas que disfrutan de su trabajo “y eso se nota. Cada vez que iniciamos el proceso de un mueble es como si lo hiciéramos para nosotros y nuestra casa. Nos metemos mucho en la piel del cliente”. Su filosofía pasa por apostar por la innovación de este siglo pero manteniendo el respeto a los oficios artesanales. “Somos ebanistas de antaño adaptados al ritmo de vida actual”.

“Seguimos las modas del mercado pero hasta cierto punto”, confiesa Aguirre. El resultado final es la suma de muchas ideas aportadas por el cliente y estos dos emprendedores. “Buscamos que el mueble sea lo más completo posible: funcional, estético y que perdure en el tiempo sin pasarse de moda. Y, por supuesto, personal”. Porque la esencia de Alma de Blues es clara: elaborar mobiliario específico creado para cada cliente según su personalidad. “Cuando un cliente compra un mueble en nuestra tienda, está comprando una experiencia en la que formará parte del proceso”.

Aunque especializados en el mueble auxiliar, también hacen armarios, librerías, revestimientos, cocinas… “Uno de nuestros últimos trabajos fueron unos buzones para una comunidad. Fue un reto, pero los clientes quedaron encantados y la aceptación en redes fue increíble”. Y lo mejor, están abiertos a cualquier desafío como el de crear funciones de dos piezas que sirvan para una misma utilidad “y que sea también divertido”.

De un tiempo a esta parte se nota que Logroño quiere cosas diferentes en sus hogares o espacios de trabajo. “El cliente que entra por la puerta de Alma de Blues viene buscando piezas diferentes, divertidas y prácticas. Muchos de ellos nos dicen que más parece una tienda de Madrid pero notamos que en cuanto a decoración se refiere las mentes ya están más abiertas y se atreven con cosas distintas”.

Como buenos creativos que son, sus cabezas no paran y los proyectos se van acumulando en sus cabezas. “Queremos ir un paso más allá, tener un trato más personal con el cliente, -más si cabe- y dejar nuestras puertas abiertas para que se vea el trabajo que hacemos en el taller”. En definitiva, que el comprador vea qué hay detrás de todo el trabajo y se den cuenta “de lo bonito que es el proceso”.

Sheila y Álex lo hacen todo, desde principio a fin. Construyen la idea y la fabrican. Es más, hasta la entrega del mueble la hacen ellos personalmente. “Nos encanta el trato personal y ser nosotros mismos quienes vean cómo queda el mueble en el espacio para el que ha sido creado”.

Los comienzos no fueron fáciles, pero con ganas los sueños se cumplen y, partiendo totalmente de cero, su buen hacer ha hecho que se ganen la confianza de los clientes y ya se han hecho un hueco en la comunidad y en el resto de país. “Incluso tenemos muebles nuestros en Alemania”.

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