Laura Urbieta es vicepresidenta del CPIIR (Colegio Profesional de Ingenieros Informáticos de La Rioja), presidenta del CPITIR (Colegio Profesional de Ingenieros Técnicos en Informática de La Rioja) y tesorera del CONCITI (Consejo General de Colegios Oficiales de Ingeniería Técnica en Informática de España). Pocas personas mejor que ella para analizar, desde su ámbito, el presente y futuro de la informática en nuestra región.
– ¿Qué labor desarrolla el Colegios de Ingenieros Técnicos e Ingenieros Informáticos en La Rioja?
– Destacaría sobre todo nuestro afán por convertirnos en un punto de encuentro, de unión y de apoyo para los colegiados y la puesta en valor de la profesión del Ingeniero en Informática, con las miras puestas en la tan deseada regulación de la profesión. No nos hemos alejado mucho de las razones por las que decidimos hace ya más de una década ponernos a recopilar los avales para solicitar la creación de nuestros colegios. Cierto es que la situación originada por la crisis sanitaria vivida y la responsabilidad demostrada durante la misma por los profesionales del sector en estos momentos tan complicados para todos han jugado a favor de la puesta en valor de la profesión.
– ¿Cuántos colegiados tenéis?
– En la actualidad, entre los dos contamos con aproximadamente unos 90 colegiados. En nuestro caso, la colegiación no es obligatoria como ocurre en otros colegios;, como por ejemplo en el de médicos o abogados, y por tanto debemos de hacer un esfuerzo extra para captarlos. No es lo mismo una profesión para la que es necesario colegiarse para ejercer que otra en la que la colegiación es totalmente voluntaria, cuesta más aumentar la masa crítica
– ¿Qué cambios ha notado el sector en los últimos años? La irrupción del metaverso, las nuevas posibilidades de comunicación… ¿cómo se adaptan los Colegios a esto?
– Evidentemente, los últimos dos años han supuesto un antes y un después, estaba claro que la digitalización y la implantación de nuevas tecnologías, tanto en empresas e instituciones como en la sociedad en general era un paso que había que dar, pero la pandemia no ha hecho más que acelerar exponencialmente la situación. Es algo imprescindible para afrontar los retos del futuro de manera competitiva, y para ello es necesario contar con profesionales preparados y capaces de liderar los retos que se nos plantean, como son nuestros colegiados.
Laura Urbieta, secretaria general de AERTIC. Foto: FER
– Es evidente, que la pandemia ha supuesto un de cultivo ideal para los ciberataques, que se multiplicaron exponencialmente. Muchas empresas tuvieron que “adaptar” sus sistemas con premura y en ocasiones, descuidando o no dando la importancia que merecen a los aspectos de ciberseguridad debido a la urgencia del momento; algo que fue aprovechado por los ciberdelincuentes.
Del mismo modo que en el mundo físico nadie duda de la necesidad de implementar medidas de seguridad para proteger la integridad de las instalaciones o del patrimonio de personas y entidades, en nuestros sistemas informáticos y en el ciberespacio quedan depositados importantes activos que precisan de protección. Es mejor una defensa preventiva a una reactiva en estos casos: para aquellos que lo hayan hecho todavía, es momento de afianzar esos sistemas.
– ¿Cómo valora el Colegio el presente del sector informático en La Rioja?
– En La Rioja tenemos un sector TIC fuerte, consolidado, heterogéneo, con empresas muy relevantes y reconocidas dentro y fuera de nuestras fronteras, que nos posicionan como una de las regiones más activas y relevantes de nuestro país. Empresas tecnológicas con una amplia trayectoria y que cuentan en sus plantillas con ingenieros informáticos muy preparados y con mucha experiencia.
– ¿Y cuáles son las opciones de cara al futuro? ¿Se esperan inversiones y proyectos ilusionantes a corto-medio plazo?
– Son muchas las expectativas generadas ante la llegada de los fondos europeos de reconstrucción (Next Generation UE). No sólo porque la lluvia de millones anunciada debe ayudar a superar la crisis, sino porque de la adecuada elección de los proyectos, y su posterior gestión, dependerá que este proceso de recuperación consolide una transformación y modernización económica que responda a los retos de futuro.
Uno de los cuatro ejes sobre los que se asienta el plan de gestión que ha presentado el Gobierno de España para el periodo 2021-2026 es la transformación digital que, sin duda, va a marcar este nuevo ciclo económico. En torno a un 30 % de la inversión se repartirá entre actuaciones; como el plan de digitalización para las pymes y las administraciones públicas, el plan de formación en competencias digitales, el apoyo a proyectos digitales de sectores estratégicos (agroalimentario, turismo, comercio, salud, movilidad y energía); el refuerzo de la ciberseguridad y el despliegue del 5G, el impulso de la Inteligencia Artificial, o la creación de ecosistemas de base tecnológica.
– ¿Por qué la informática es y será tan importante en nuestra sociedad?
– Podemos decir que, a día de hoy, la informática es omnipresente, tratándose de una disciplina transversal y que subyace debajo de muchas otras. En todos los ámbitos de nuestra vida nos encontramos sistemas informáticos, en los laborales, estudiantiles, personales… Todo, o casi todo, se apoya en un sistema informático para su funcionamiento.
– ¿Qué le dirías a un niño o niña que de mayor quiere ser informático? ¿Cómo debería empezar a formarse?
– Le animaría a hacerlo, está ocurriendo algo que para nosotros es incomprensible; que una profesión con empleo de calidad y con una tasa de desempleo prácticamente nula no sea atractivo para los jóvenes. En el caso de las mujeres, esto se hace aún más dramático, descendiendo cada año las vocaciones por estudiar Ingeniería Informática. Como hemos comentado anteriormente, la informática está presente en todo, en la medicina, en el mundo de la moda, en la aeronáutica… Lo cierto es que estudiar informática les va a permitir dedicarse y trabajar a lo que quieran.
Estudiar Informática, en cierto modo, es una manera de retrasar la decisión de a qué te quieres dedicar en la vida, ya que te abre un abanico casi infinito de posibilidades.
