La Rioja

Décimo día del paro transportista en La Rioja: “Es triste arruinarte trabajando”

Décimo día del paro transportista en La Rioja

EFE/Raquel Manzanares

Pilar Mazo.- “Es muy triste arruinarse trabajando, muy triste; las letras de los camiones hay que pagarlas; el gasoil, a final de mes, también; la cuota de autónomos, también, y, con la que nos quieren meter ahora con la modificación de los autónomos, nos viene buena. ¡Esto es un suma y sigue!”.

Este es el sentir que este miércoles se ha vivido en el aparcamiento de camiones de la gasolinera de La Grajera, de Logroño, entre los 45 transportistas autónomos concentrados para iniciar el segundo día de protesta contra “la escalda brutal” del combustible en este último mes, que es “la gota que ha colmado el vaso”.

Son palabras que ha pronunciado la transportista Raquel Planchuelo, pero que, como indica, resumen el sentir de sus compañeros autónomos, que en La Rioja se han sumado, desde el pasado día 14, a los paros convocados por la Plataforma Nacional para la Defensa del Sector de Mercancías por Carretera y a los que en los últimos días se han unido las grandes organizaciones del sector.

Un total de 41 camiones, dos furgonetas y dos turismos -según la Delegación del Gobierno- han participado este miércoles en la marcha de dos horas de duración por la circunvalación de Logroño hasta los polígonos de la ciudad -Cantabria y La Portalada-, que ha transcurrido sin incidentes.

FOTO: EFE/Raquel Manzanares.

“El que no para es porque chupa” o “no soy fascista, son transportista” son algunos de los carteles que se han colgado en los camiones que han secundado el recorrido y que mañana está previsto que se desarrolle por el centro de Logroño, con el objetivo de continuar estas acciones hasta que no se encuentre una solución a su situación.

Al final, el transportista autónomo “echa cuentas y ve que seguir parado le sale más rentable que arrancar el camión”, reflexiona esta mujer transportista, al tiempo que resume otras reivindicaciones de la Plataforma. Entre ellas: los márgenes con los que operan los cargadores, la efectividad de la prohibición de carga y descarga, las horas de paralización y la seguridad en áreas de descanso.

El marcador del surtidor de la gasolinera de donde ha partido la protesta lo refleja claro: 1,83 euros el precio del litro de gasóleo. “A ese precio no se puede arrancar el camión, si se considera que a finales de enero era de 1,18”, relata Raquel Planchuelo, con la que convienen el resto de compañeros concentrados a la hora de asegurar que ésto se ha multiplicado de manera exponencial porque “se van sumando gastos y gastos” y, al final, “no te sale a cuenta arrancar”.

El Ministerio de Transporte, desde su punto de vista, “sigue enrocado, sin querer negociar con la Plataforma y, para llegar a un acuerdo, tienen que ceder las dos partes, como en todas las negociaciones y, mientras tanto no se produzca, esto tiene mal pronóstico”, recalca.

Reconoce el malestar que esta situación está ocasionando en el resto de los sectores por la falta de abastecimiento, pero también asegura que el Gobierno tiene que adoptar medidas que rebajen el precio del combustible y “los 500 millones de euros anunciados para paliar la subida de los carburantes son migajas”.

Falta concreción y certidumbre en estas ayudas porque “para quién, cuándo y cómo son”, recalcan estos transportistas, quienes también piden control en los márgenes que manejan las grandes agencias.

Neftalí Jalón conduce su camión de transporte de material de construcción y, aunque la situación de su actividad es distinta porque no se dedica al transporte de mercancía por carretera, es autónomo y se ha sumado también a estos paros porque “la situación es agonizante y afecta a todos”.

“No podemos más. Sacar los camiones a trabajar es poner dinero para trabajar y así no se puede. ¡Es vergonzoso! y el detonante son los casi 2 euros el litro del gasóleo”, asegura este transportista, quien reclama eliminar impuestos al carburante, ya que “más del 50 % del coste son impuestos”.

David Ascorbe, mientras trata de colocar una tela con los colores de la bandera española sobre su camión antes de iniciar la marcha y con el rostro descolocado, no duda en transmitir que “nuestro día es muy jodido”. “Tenemos un trabajo que, parece ser, nadie nos lo agradece. Salimos de nuestras casas a trabajar y muchos días son 15 horas de trabajo, sin poder volver, o quedarnos tirados por culpa de los cargadores o demás…”, ha subrayado.

El “desorbitado” precio del combustible es el denominador común que se escucha en los corrillos de los transportistas congregados mientras esperan para subirse al camión e iniciar el recorrido de la protesta. “Con estos nuevos precios -enfatiza Ascorbe- salimos a trabajar con pérdidas, no tenemos beneficio, y no es solo carburante, sino todo lo que va unido a un camión”.

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