La Rioja

Miedo compartido en La Rioja: “Nuestros familiares viven bajo el fuego”

“Nuestros familiares viven bajo el fuego”

Emoción a flor de piel en el Palacio de la Baronesa de Arnedo. Más de 2.000 personas se han dado cita para condenar la invasión de Ucrania y mostrar apoyo absoluto y sin condiciones al pueblo ucraniano. En la ciudad viven más de un centenar de ellos. Muchos son amigos y vecinos. Padres de los niños que juegan en el parque con los del resto. Arnedo se ha volcado con ellos como siempre se vuelca. Con su presencia, con sus aplausos y también con sus lágrimas.

Y es que era imposible contenerlas al escuchar los relatos de algunos de los ucranianos que mostraban su rictus serio. Mirando al horizonte con la mente puesta a cientos de kilómetros. Helena lleva veinte años viviendo en España, pero estos días está más cerca que nunca de su pueblo. Casi no le salen las palabras. Es difícil hablar cuando los tuyos lo están perdiendo todo y cuando no sabes si volverás a verlos. “Por mucho que veáis en la televisión las noticias, no os podéis imaginar las condiciones en las que están viviendo los nuestros”, dice con la voz entrecortada, intentando sacar el mejor castellano que puede.

“Mi suegra lleva varios días viviendo en un sótano con poca luz, sin ventanas y sin puertas. Mañana bajan las temperaturas a siete grados bajo cero. Es inhumano”. Lo cuenta teniendo que parar para secarse las lágrimas. “Allí tenemos a todos. A nuestros padres y hermanos. Algunos están ya empuñando las armas. Gente de paz a la que no le queda otra solución si quieren defender nuestro país”, le acompaña otra mujer ucraniana que porta una bandera amarilla y azul, quien reparte unas octavillas en las que se explica qué formas hay en Arnedo de donar alimentos, ropa y material. “Para todos esos patriotas que están defendiendo nuestra tierra”, comenta Igor.

Y es que estos días están siendo tremendamente complicados para los ucranianos que se encuentran en los municipios riojanos. “Por eso estamos aquí. Para demostrar el apoyo a todos nuestros familiares y a todos los ucranianos que están viviendo en una pesadilla. Queremos que sepan que, aunque estamos lejos, intentamos mandarles alimentos, medicamentos, dinero…”, sigue Helena. “Nunca nos imaginamos que el pueblo español fuese tan solidario con nosotros. Nos sentimos tremendamente afortunados de vivir aquí y de ver cómo nos estáis tratando”, continúa su compañera. Agradecen toda la ayuda recibida, pero temen que no pueda llegar a todas las ciudades del país. “Kiev está rodeado. No dejan entrar ni comida. Están empezando a atacar a los convoyes con ayuda humanitaria. No tienen corazón”.

Los nervios se apoderan de ellas. “Que se acabe esto cuanto antes. Cada día que pasa nos cuesta más vidas. Tenemos familiares en cada zona del país. Cuando escucháis esas nuevas ciudades que estáis aprendiendo por la televisión, pensad que ahí está nuestra gente, metida en agujeros para poder sobrevivir”, comenta otra. Elena consigue que cualquiera se eche a temblar con sus palabras. “No sabéis lo que es despertarse y pensar si hoy vas a recibir un mensaje de tu familia o ya no estarán”.

Aún pueden hablar con ellos. No saben hasta cuándo. “Las comunicaciones, de momento, siguen activas y podemos hablar con ellos. No sabemos cuándo las van a cortar, pero será pronto. Mientras tanto, nos van diciendo cómo están y pone los pelos de punta. Viven bajo el fuego. Directamente, bajo el fuego”. “¿Habéis visto el ataque a Jarkov?”, nos interpela una de ellas. “Están bombardeando ya zonas civiles”, suspira otra mientras Igor pide que “la Unión Europea cierre el espacio aéreo de Ucrania. Por tierra aún tenemos algo que hacer, pero si nos atacan por aire estamos perdidos”.

A pesar de todo, tienen buenas palabras para el pueblo ruso. “Están engañados por Putin. Dicen que estamos gobernados por nazis y eso no es verdad. Mosotros elegimos a nuestros gobernantes, pero Rusia quiere que dependamos siempre de ellos. Les dimos nuestras armas nucleares y ahora nos están machacando”, comenta Helena.

“Queremos entrar en la Unión Europea porque Europa con nosotros será más fuerte. Lo estamos demostrando, pero Ucrania sin la ayuda de la Unión Europea está perdida”, continúa Igor. “El pueblo ruso también está cansado de tener como gobernante a un asesino. Mira las manifestaciones allí, en un país en el que te meten en la cárcel por salir a la calle a decir lo que piensas”, van comentando entre todos.

El pueblo georgiano también se reunía con sus hermanos del este. Bien saben ellos cómo se las gasta Putin. “Nosotros vivimos lo mismo. Hay partes del país que Rusia las terminó anexionando. Se cree que somos rusos, pero nosotros somos georgianos y por eso hoy también somos ucranianos”.

Dolor y tristeza, pero también orgullo de los suyos. Se sienten tremendamente orgullosos de sus paisanos al ver cómo contienen a uno de los mayores ejércitos del mundo. Pero casi nunca David vence a Goliat y por eso reclaman ayuda. “Es una ataque contra la democracia y posiblemente el próximo sea otro país. Este hombre no tiene límites”, dicen sin casi querer nombrar a Vladimir Putin. Un nombre sale por fin a relucir. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se ha convertido en un héroe para ellos. “Estamos con él porque él está con el pueblo”, dicen con la bandera de Ucrania brillando en la fachada del palacio de la Baronesa.

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