La Rioja

“Luchar contra la despoblación pasa por reforzar las cabeceras”

La alcaldesa de Haro, Laura Rivado, tiene claras las líneas de lo que debe ser la ciudad riojalteña en los próximos veinte años: ampliar servicios, apostar por que el turismo que llega a las bodegas del Barrio de la Estación llegue a la ciudad e impulsar la Formación Profesional (FP) como forma de que los jóvenes se queden en el municipio.

– ¿Cómo han sido los dos últimos años en Haro?

– Mentiría si dijese que estos más de dos años no han estado marcados por la pandemia. Empezamos la legislatura muy ilusionados, con proyectos que queríamos sacar adelante, pero en marzo de 2020 todo se nos vino al traste. Quiero pensar que lejos de amedrentarnos y guardar los proyectos en un cajón decidimos aplazarlos y dedicarnos en cuerpo y alma a las ayudas. En menos de un mes ya pusimos encima de la mesa casi 300.000 euros a la hostelería y al comercio local, devolvimos tasas, pagamos a proveedores e hicimos todo lo posible para inyectar liquidez al municipio. Dimos en 2020 más de medio millón de euros en ayudas y para nosotros eso fue importante.

– Haro fue el primer municipio, casi de España, en llevarse el bofetón de la pandemia.

– El COVID nos la dio la bofetada los primeros. Sin tiempo de reaccionar. Recuerdo ese 6 de marzo que no olvidaré en la vida. Estaba viendo las instalaciones del María Diaz con el antiguo consejero de Educación y me llamaron para decirme que venía la consejera de Salud. A mi me sonó raro porque suelen avisarte de esas visitas al menos con un día. Eran casi las doce de la mañana. Llegué al ayuntamiento, Sara Alba me empezó a explicar qué era el COVID y me dijo la famosa frase de “en Haro hay un número anormal de casos”. Entonces las PCR se mandaban a Madrid y se tardaba más en confirmar si era o no la enfermedad. Nadie teníamos un manual de instrucciones para esto. Yo preguntaba y nadie me daba respuestas de qué hacer.

– En ese momento se decidió cerrar las instalaciones municipales y suspender los actos previstos para el fin de semana.

– Sí. En ese momento decidimos cerrar todo y suspender todos los actos que había. Viéndolo desde la distancia creo que tomamos la medida adecuada a pesar de que eso pudo ayudar a una famosa foto de la valla de unas obras y se se dijese que había todo un barrio cerrado. Evitamos que el virus se propagase de una manera incontrolada por el municipio. Quiero agradecer al comercio y a la hostelería de Haro porque muchos cerraron sin tener obligación esa semana antes del toque de queda. Fue un ejercicio de responsabilidad colectiva bestial.

– Con las desescaladas se retomaron los proyectos.

– Sí, pero de otra manera porque el que no vea este parón como una oportunidad para dejar de hacer las cosas que estábamos haciendo mal ha fracasado. Se adaptaron los proyectos a la nueva situación a finales de 2020. Un ejemplo es el autobús urbano. Finalizó el contrato en mitad de la pandemia y en ese momento no lo íbamos a volver a contratar. Ahora lo haremos, pero de forma muy diferente. Hay que ver cómo queremos dar ese servicio después de lo que ha pasado. Lo mismo con el resto de servicios municipales. La pandemia también te hace cambiar un poco la forma que quieres que tenga tu ciudad en los próximos años. No en lo que queda de legislatura sino pensar en qué Haro queremos tener dentro de 20 años y para eso no podemos pensar en coger los proyectos de 2019, hacer un paréntesis y volver. El ejercicio de reflexión tiene que ser mucho mayor.

– ¿De qué proyecto está mas orgullosa Laura Rivado?

– Para mí uno de los proyectos del que más orgullosa voy a estar, me vaya cuando me vaya, es haber traído los Estudios del Vino a Haro. Hay que mirar hacia atrás. Teníamos un edificio, cuando llegué, que llevaba diez años parado con una lona azul que se caía. Además, la familia que había donado el edificio pedía la reversión porque no se habían cumplido las condiciones de la cesión. Ahora es una Formación Profesional vinculada al mundo del vino. Fue complicado, pero nos ha traído muchas alegrías y más que van a llegar.

– Es un proyecto que une las raíces de un municipio con el futuro educativo.

– El día de mañana, cuando los chavales no tengan que irse fuera y puedan estudiar en su municipio, creo que se verá como un logro importante. Queremos continuar ampliando la oferta de Formación Profesional en Haro, pero esta línea es especial porque forma un triángulo perfecto con la Estación Enológica y el Barrio de la Estación. Los chavales que están aquí, desde el primer día, pueden hacer prácticas en bodegas de renombre como Martínez Lacuesta, Muga, Ramón Bilbao o Tondonia.

– ¿Qué otras ideas hay en la hoja de ruta?

– Transformar la ciudad. Queremos aumentar los servicios públicos, pero siempre hemos mirando al Barrio de la Estación. No podemos obviar que cada año pasan más de 200.000 personas por él. Nosotros queremos que se integre dentro del municipio y que la mayor gente posible de las que pasan por allí se quede en el pueblo a comer, a dormir, a comprar… Teníamos claro que los remanentes de tesorería se iban a utilizar en el proyecto de la pasarela y del ascensor. Son el buque insignia de la legislatura.

– ¿Cómo va el proyecto de la pasarela?

– La pasarela es un proyecto que viene de hace diez años y que hemos rescatado de un cajón. Ahora estamos sólo a la espera de que Confederación Hidrográfica del Ebro dé el visto bueno al mismo. Estoy segura de que nos van a contestar favorablemente porque independientemente de que te pueda gustar mas o menos, la pasarela cumple escrupulosamente la ley. En el momento en el que nos den el OK, licitaremos la obra. A mí me gustaría que a finales de este año se pueda empezar a ver. Va a ser la primera pasarela de acero inoxidable de la península y está pensada para ganar premios de arquitectura. Se basa en la imagen de una barrica y no es un puente al uso. Se hará en un taller especializado, la traerán y la colocarán. A ver si a finales de este año está adjudicada la obra y se pueden empezar a ver los cimientos.

– ¿Y el ascensor?

– El ascensor va más rápido porque no necesita de permisos. La ingeniería está haciendo el proyecto. Una vez esté terminado, licitaremos la obra. Es prioritario tener un aparcamiento como el de El Ferial, que la gente deje ahí el coche, se pueda dar un paseo hasta el Barrio y luego volver para coger el ascensor y subir a comer a la zona antigua. Además el dinero ya está.

– ¿Como le gustaría que fuese Haro en los próximos años?

– A mí me gustaría que fuese un municipio que tuviese cada vez más servicios. Luchar contra la despoblación es reforzar las cabeceras de comarca. Haro tiene servicios, pero tiene que tener más. Las cabeceras están a pocos kilómetros de municipios más pequeños y, si en esas cabeceras tienes buenos servicios, la gente puede seguir viviendo en el pueblo. Hay que potenciar las cabeceras para que la comarca se vea reforzada. Además, quiero aumentar la oferta formativa, que el centro de especialidades de Haro sea un centro de especialidades de verdad: reforzar los servicios que hay y aumentar los que no tenemos. Quiero que haya una buena conexión con los municipios cercanos, que estemos conectados con un transporte público que es un servicio que está bastante olvidado.

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