La Rioja

Comisario Laguna: de La Mancha a La Rioja “con el viñedo en la sangre”

Así es el nuevo jefe de Policía: de La Mancha a La Rioja “con el viñedo en la sangre”

Los nombramientos de cargos jerárquicos en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado suelen venir acompañados de extensos dosieres en los que se desgrana con la frialdad del dato la trayectoria del elegido para ocuparse de nuevas responsabilidades. Es la consecuencia del siempre difícil equilibrio entre la persona y el personaje, que en el caso del oficio policial trata de proteger a toda costa al primero de los factores y omite en la medida de lo posible el perfil más humano del agente.

En el caso de Manuel Laguna (Alcázar de San Juan, Ciudad Real; 1961), esa discreción se ve subrayada por su destacada trayectoria en la Comisaría General de Información. Así, el currículo del nuevo jefe superior de Policía de La Rioja alude a “numerosas cruces y condecoraciones”, que en realidad encierran servicios heroicos frente a las dos amenazas que más duro han golpeado al país desde la democracia: el yihadismo (participó en las detenciones posteriores al 11-M) y el terrorismo de ETA (sus investigaciones se saldaron con la desarticulación de doce comandos, entre ellos el sanguinario Comando Madrid).

A través de una ronda breve de preguntas, tratamos de decapar al personaje para conocer a la persona, afable en el trato cercano y presumido al hablar de su tierra natal.

– Repasando su hoja de servicios, ¿de qué operativos se siente más orgulloso?

-Parte de mi carrera profesional la he desarrollado en el País Vasco y mis mayores satisfacciones eran las detenciones de comandos de ETA. Aun con lo peligrosos que eran aquellos tiempos pasé diez años muy a gusto en San Sebastián, a pesar de que podía haber cambiado de destino a los tres meses.

He participado en las detenciones a raíz del 11-M y hemos cerrado muchas detenciones relacionadas con el yihadismo en España, aunque en esta última etapa de mi carrera (al frente de la comisaría de Cuenca). En mi última época me marcó mucho la operación para detener a Sergio Morate en Rumanía, cuya investigación partió de Cuenca. Con el tiempo que llevo en el Cuerpo me ha dado tiempo a acumular muchas historias, quizás algún día escriba un libro (risas).

– Pregunta obligada, estando destinado en La Rioja: ¿Le gusta el vino?

– Soy un forofo del vino, primero como consumidor moderado (risas), ya que, como buen manchego, todos los días como con vino. Además llevo el viñedo en la sangre. La imagen más típica de mi pueblo son los molinos sobre unas viñas; pues esas viñas pertenecieron a mi familia.

– En ese caso, ¿Rioja o Valdepeñas?

– Tengo que reconocer que en todos los sitios hacen buen vino. Sirva de muestra que el vino más caro del mundo se hace en Las Pedroñeras, en la provincia de Cuenca. Aquí la calidad media es muy superior a la manchega, pero las inversiones que se están haciendo allí son muy importantes, la competitividad de sus vinos está mejorando y la relación calidad-precio de Castilla La Mancha es muy buena, casi insuperable.

– ¿Qué elige: poli bueno o poli malo?

– La Policía está para prevenir y para reprimir. Las dos facetas son importantes, pero, aplicando la Ley, es mucho mejor prevenir que reprimir. Considero que soy buena persona, así que elijo el poli bueno.

– En su nuevo despacho luce una buena colección de gorras de cuerpos policiales de todo el mundo.

– Es que llevo 40 años en la Policía y me ha dado tiempo a estar en casi todos los sitios. Como he viajado mucho por el extranjero, una de mis aficiones es guardar recuerdos policiales, principalmente gorras y metopas. Tengo de Mauritania, de Bélgica, de cuando estuve dando una conferencia en Estados Unidos, de Egipto… No soy coleccionista, pero me gusta guardar recuerdos de compañeros de los países que visito… y también en sentido contrario: en algún viaje me han pedido que lleve algún tricornio de la Guardia Civil (risas).

Subir