En Logroño llevamos un tiempo a vueltas con el eje ciclista de la calle Duquesa de la Victoria. Es más, según Nuestra España y el PP logroñés “los vecinos y asociaciones de Logroño se movilizan contra el proyecto Calles Abiertas“. Así en general…
En palabras de Cándido Fernández, portavoz de vecinos, comerciantes y hosteleros, “nunca antes una acción municipal había generado tanta polémica y había conseguido unir a tanta gente de distintos barrios, sin conocernos de nada, para intentar que se nos oiga”.
Pues vamos a hacer un repasito a las iniciativas que ha habido en nuestra ciudad con anterioridad. Aquellas que tienen que ver con quitarle espacio al coche. Aquellas que tienen que ver con lo que implica a vecinos, comerciantes, hosteleros y con su entorno inmediato.
La primera de las peatonalizaciones en Logroño se dió allá por 1994 en el Paseo de la Cien Tiendas, con Pilar Salarrullana como artífice. Ya por aquel entonces hubo detractores. Concretamente el PP y la Federación de Asociaciones de Vecinos según recogen las crónicas de la época, en contra de las obras de hace ahora 27 años. Podemos preguntarles hoy si revertirían la peatonalización… “Los alquileres se revalorizaron y los precios se triplicaron. Ahora, quince años después, los negocios siguen floreciendo”, indicaba la presidenta de la asociación Paseo Cien Tiendas, Merche Rubio.
Le siguió la calle Portales en 1995. Como cuenta la noticia “hasta hace veinte años una calle gris, congestionada y saturada de coches con aparcamientos a ambos lados. Algo impensable ahora”. En aquella ocasión, cómo no, también hubo guerra: “Sobre todo por la oposición de algunos comerciantes que llegaron a organizarse en turnos para vigilar unas obras que desde el principio vieron con recelo”.
Más tarde se peatonalizó al completo el Casco Antiguo. A continuación, la calle María Teresa Gil de Gárate, en 2006. “Una calle en la que puede encontrarse casi de todo, incluso un club privado, una escuela de música, la Casa de Aragón, galerías de arte, una de las tiendas de vestidos de novia más exitosas en Logroño, un taller, una autoescuela…”.
“Un collage que deja retazos del tipo de vía que fue antes de su peatonalización y que ahora está apostando por ser una referencia gastronómica.”, cuentan sus comerciantes y hosteleros. También han tenido la misma suerte la calle Tricio (ligada al Ayuntamiento), la calle de La Rioja (en la plaza de El Espolón), o la calle Oviedo (unida a la plaza Donantes de Sangre).
En el año 2010, fue la calle Bretón de los Herreros, que se extiende por la zona con la Biblioteca, el Museo de La Rioja, el Centro Cultural Ibercaja, la sala Amos Salvador o la Gota de Leche. En 2013, Cuca Gamarra apostó por la calle Saturnino Ulargui. “Proyecto demandado por hosteleros, comerciantes y vecinos del entorno, para una calle que ahora mismo es secundaria, y que ganará en importancia y se llenará de vida y actividad”.
En la calle Fundición, intervenida por el proyecto ‘Calles Abiertas’, ya lo están demandando. Los vecinos ven beneficiosa la acción del Ayuntamiento, el proyecto Calles Abiertas que ha pacificado el tráfico: “o eso queremos pensar, porque estábamos hartos de que todo el día, a cualquier hora, hubiera coches en doble fila y se preparan unos líos increíbles”.
Pero para los residentes de Fundición esto no es suficiente: “Esta calle no lleva a ningún sitio. Solo da la vuelta por Lardero para volver al mismo sitio. Lo que tenían que hacer es peatonalizarla”.
En su momento (2014) hubo un vano intento de peatonalizar la calle Duquesa de la Victoria entre Avenida de Colón y Juan XXIII, pero se impuso el sector de la alimentación porque… “Al sector textil, de moda y complementos, igual le van bien, pero las peatonalizaciones no casan con un sector como es el nuestro, el de la alimentación”, sentenciaron desde el Mercado del Corregidor.
Hoy la calle no se está peatonalizando, simplemente se intenta implementar un carril bici segregado. Podría dar una chapa inmensa con la necesidad de fomentar el uso de la bici, la ampliación de las aceras, o quitar espacio al coche y no al peatón. Podríamos hablar de las posibles mejoras y de lo que se ha hecho genial. O podemos echar la vista atrás y darnos cuenta de que al final, lo importante son las personas, y de que el mundo necesita con urgencia soluciones como esta.
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