‘Logroño calles abiertas’, así ha denominado el Ayuntamiento el nuevo proyecto de ciudad con el fin de favorecer la distancia social sin comprometer la seguridad vial. Son varias las vías que en los últimos días han sufrido cambios significativos. República Argentina, Gonzalo de Berceo, Sagasta, Siete Infantes de Lara, Fundición y Guardia Civil han sido las primeras en adoptar la ‘nueva normalidad’ viaria. Acciones que el consistorio califica como un ‘urbanismo táctico’, provisional o permanente, que pretende impulsar la movilidad sostenible peatonal y el uso de la bicicleta, al tiempo que se reduce el tráfico rodado.
Fundición ha comenzado sus obras esta semana y muchos de los vecinos han visto cómo, de un día para otro, su calle se convertía en un ‘arcoíris’ de rayas y colores cuando menos novedoso, que termina en su intersección con la calle Vitoria en un enorme paso de cebra.
“No sabemos exactamente qué van a hacer. Desde luego hacen falta más indicaciones porque, a simple vista, solo me inspira confusión y mucho colorido”. Así define Vega, una vecina de la zona, la situación actual de la vía. “Voy a dar un voto de confianza porque creo que el objetivo es beneficioso, pero no entiendo por qué en otras calles como República Argentina todo está mucho más claro y accesible”.
Naranja, rojo, azul y verde. Estos son los colores que ‘diseccionan’ la calle, que ahora pasará a ser regulada como residencial con prioridad peatonal en todo el ancho y largo de la vía y contará con un único sentido de circulación. “La verdad es que muy claro no está. Después de pensar y comentarlo con otros vecinos, creo que las líneas rojas que hacen una especie de ‘zig zag’ son por las que van a circular los coches. Luego está la naranja, que marchan desde la acera hasta la carretera marcando, suponemos, el carril por donde van a poder caminar los peatones. Las verdes, delimitan la zona de carga y descarga y otras pensamos que van a ser para aparcar; lo que no sabemos es si de forma libre o solo para residentes”, explica Judit.
La duda llega con la azul. “Esta, sinceramente, no tengo ni idea para qué la han pintado”. Los vecinos ven beneficiosa la acción del Ayuntamiento, “o eso queremos pensar, porque estábamos hartos de que todo el día, a cualquier hora, hubiera coches en doble fila y se preparan unos líos increíbles”. Pero para los residentes de Fundición esto no es suficiente. “Esta calle no lleva a ningún sitio. Solo da la vuelta por Lardero para volver al mismo sitio. Lo que tenían que hacer es peatonalizarla y así, los bares podrían poner terrazas”.
La verdad es que color no le falta a la nueva distribución de la vía, a la que tampoco le faltan detractores. “No entendemos nada: mucha raya, mucha historia pero poca o nada funcionalidad”, opinan dos vecinos que salen de un portal. “Esto es un querer y no poder. Lo que deberían hacer es ponerla peatonal, que es lo que todos estábamos esperando”. El objetivo de dar prioridad al peatón lo comparten todos, pero “hay mucha gente que antes tenía zona verde para aparcar y ahora se tienen que buscar la vida. La idea es buena, pero esta no es la solución”.
Luego están, también, las valoraciones estéticas. Virginia, que sale del portal empujando el carrito de su bebé, se queda parada y mirando: “No me gusta nada. Esto es muy feo. No lo entiendo, y lo peor es que nadie nos ha dado ninguna explicación a los vecinos”. Esta vecina valora que beneficiar a los transeúntes es una muy buen a idea, pero cree que eso se logra “peatonalizando la calle entera como en las Cien Tiendas o García Morato, no esto, que es un cuadro”.
La opción de quitar aparcamientos tampoco gusta a Virginia, que duda de lo que va a pasar con los “vecinos que tenían tarjeta de residencia. ¿Les van a devolver el dinero? No creo”.
