Crisis del Coronavirus

La pandemia dispara un 30 por ciento los trastornos alimenticios en La Rioja

La crisis del COVID dispara un 30 por ciento los trastornos alimenticios en La Rioja

Los trastornos en la conducta alimentaria (anorexia, bulimia e ingesta compulsiva) son una enfermedad invisible que llevan demasiados años implantada en la sociedad. Tienen género (el 90 por ciento de las personas que se ven afectadas por esta enfermedad mental son mujeres) y la pandemia no ha hecho más que empeorar la situación.

La presidenta de la Asociación de Trastornos de la Conducta Alimentaria (ACAB) de La Rioja, Gloria Martínez, afirma que en la comunidad, al igual que ha sucedido a nivel nacional y mundial, “los casos han crecido un 30 por ciento” desde el inicio de la crisis del COVID.

Los motivos del empeoramiento de las personas que ya estaban enfermas ha sido el “tener que estar encerrados en casa”, indica. En los nuevos casos las redes sociales juegan un papel clave, al pasar más tiempo frente los dispositivos y navegar en foros ‘nocivos’ sobre hábitos alimentarios. “Tiene que haber un antecedente en la personalidad, ya que no solo por leer estas cosas van a caer enfermos”,matiza la presidenta de ACAB.

El acceso a esta información ha propiciado la afección de nuevos pacientes, la recaída de personas que ya habían superado sus trastornos y el empeoramiento de las personas que aún se encuentran en vías de solucionarlos, lo que ha aumentado considerablemente el trabajo de la asociación, que cuenta con tres psicólogos pasando consulta de forma presencial desde hace seis meses.

 

El papel de la familia

El entorno familiar juega un papel fundamental en los trastornos alimentarios. Gloria Martínez se responsabiliza de su atención y explica que “los padres no están preparados para sobrellevar la situación”, por lo que cobran importancia las terapias grupales.

“Esta es una enfermedad que obliga a las personas que rodean al enfermo a tener mucha paciencia. Al principio cuando, no sabes qué ocurre, es fácil caer en la desesperación”, explica, detallando que las terapias de autoayuda orientan a los familiares para que conozcan qué deben y qué no deben hacer.

En una situación como la actual, toda ayuda es poca y Gloria Martínez insta al Gobierno regional a que incremente sus apoyos, porque “se nos ha venido encima un ‘boom’ de casos de pacientes nuevos y de recaídas de antiguos pacientes. Para poder ayudar a todos tenemos que realizar un mayor trabajo del que ya estábamos haciendo y para eso necesitamos más medios económicos”. Cabe recordar que en febrero del pasado año ACAB Rioja anunció que cerraba su sede de Logroño por “motivos económicos”.

La asociación cerró hace un año y medio su sede por problemas económicos.

“Hace dos años que no recibimos ayudas regionales”, denuncia Martínez, quien espera que “la consejera de Salud dé un paso al frente y nos reciba a todas las pequeñas asociaciones que tratamos problemas de salud mental, que lo estamos pasando muy mal durante la pandemia”.

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