Pese a lo bien que se vive en La Rioja, el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, no se quedará más tiempo en la tierra con nombre de vino. Este ha abandonado este martes alrededor de las 21,30 horas el Hospital San Pedro de Logroño, donde estaba ingresado desde el pasado 18 de abril.
El paciente riojano de COVID-19 más internacional y mediático se marcha de España mes y medio despúes de su llegada vía Zaragoza, en este caso desde un avión oficial argelino desde el aeropuerto de Pamplona. Dice adiós a Logroño sin conocer la calle Laurel y después de haber ‘vivido’ el descenso del Logroñés a tres kilómetros de distancia de su habitación. La ambulancia que ha trasladado al líder del Frente Polisario desde Logroño al aeropuerto, según ha informado la Cadena SER, ha llegado a las instalaciones del aeropuerto de Pamplona a las 22:50 horas de la noche.
Ghali ha declarado esta misma mañana desde el hospital de la capital riojana ante la Audiencia Nacional. Horas después ha dejado el centro sanitario de forma discreta. El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, ha asegurado que la “atención humanitaria” ha finalizado. “No tiene más sentido que permanezca en España. La atención humanitaria ha concluido”.
Tras su declaración ante el juez Santiago Pedraz, un extraño movimiento ‘aéreo’ ha disparado las alarmas sobre un posible ‘plan B’ de la diplomacia internacional. Un avión oficial del Gobierno de Argelia había despegado a primera hora del día en el país africano con destino a la capital riojana para recoger a Ghali, dando la vuelta a mitad de camino. Ábalos ha explicado que la aeronave ha dado la vuelta porque el aeropuerto de Logroño-Agoncillo “no tenía los dispositivos para acoger” el avión que le iba a trasladar.
La argumentación de Pedraz
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha rechazado decretar la prisión provisional y otro tipo de medidas cautelares respecto a Brahim Ghali. El magistrado señala que en el presente caso no puede apreciarse riesgo de fuga alguno. “No consta dato alguno para apreciar que el investigado pueda o quiera sustraerse a la acción de la justicia, máxime a la vista de que en cuanto ha tenido conocimiento de los hechos investigados se ha personado en la causa y ha accedido a la práctica de su declaración, incluso a la vista del estado de salud en el que se encuentra que bien le hubiera permitido a su defensa solicitar posponer la declaración”.
Además, recuerda que Ghali no puede ocultar, alterar o destruir fuentes de prueba relevantes para el enjuiciamiento, máxime a la vista de la fecha de los hechos investigados y que no se ha solicitado diligencias de prueba alguna y menos aún que el mismo pueda actuar contra bienes jurídicos de víctima alguna.
Por último, el juez indica que «el informe de la acusación (que aparte su poder otorgado ha sido cuestionado) no ha suministrado elementos siquiera indiciarios (las declaraciones de los testigos en la causa no tienen prueba corroborativa y de ellas no se sigue una participación en los hechos del investigado), que avalen la existencia de motivos bastantes para creerle responsable de delito alguno; no bastando, por obvio, para acordar medidas cautelares personales el indicar que el señor Ghali entró en España ilícitamente».
