TRIBUNA

‘La Rioja urbana ha descubierto La Rioja rural despoblada’

Como la mayoría de los alcaldes y concejales que componemos los Ayuntamientos de las zonas rurales de España, vemos con preocupación, pero también con esperanza, el despoblamiento rural. La España y La Rioja urbana han descubierto a la España y La Rioja rural despoblada en este tiempo de pandemia y gracias a los pueblos no se ha cortado la cadena alimentaria, ya que la mayoría de los alimentos básicos provienen del medio rural.

Somos muchas organizaciones, estamentos y autónomos emprendedores que llevamos ya tiempo preocupándonos y prensando que se le puede dar la vuelta, aunque creo vamos con retraso. El mundo rural es muy diverso, no valen las mismas ideas para todos y cada zona tiene sus propios recursos e idiosincrasia.

El 2019 fue un año clave para empezar a entender el despoblamiento rural, con la manifestación que tuvo lugar un 31 de marzo en Madrid y que supuso un punto de inflexión. El 4 de octubre sonaron las campañas en miles de municipios y el 10 de diciembre, con las elecciones municipales, un partido nacido de las zonas rurales de Aragón apoyó la investidura de Pedro Sánchez con el objetivo de crear un Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Más de la mitad de los 8.131 municipios españoles son de menos de 100 habitantes. Estamos con problemas muy graves, con pirámides de edad muy invertidas y muchos pueblos tienden a desaparecer. Hay varios ejes fundamentales como la banda ancha (fundamental para abordar el teletrabajo), la inversión en viviendas, el emprendimiento, los servicios públicos, el contacto con la naturaleza, el cambio climático, la conexión territorial como prioridad para las Administraciones…

Muchas veces vinculamos el medio rural con el fracaso y esta percepción se ha de cambiar. ¿Por qué ese desequilibrio entre lo urbano y lo rural? Son ya muchas las generaciones que se han ido del pueblo a la ciudad, pero ahora nos hemos dado cuenta que el medio rural tiene lo que desea lo urbano: aire puro, energía, alimentos… La ciudad era el paradigma de éxito y ese ha sido nuestro error.

Al salir del estado de alarma mucha gente ha vuelto a nuestros pueblos, hemos visto aumentos en los empadronamientos. Y por ello hay que actuar con medidas que se ajusten a la realidad de los pueblos. Con una conectividad suficiente para asegurar el teletrabajo y considerar el medio rural como una alternativa real. Con un principio de ruralidad en todas las decisiones públicas, porque no es lo mismo legislar para las ciudades que para un pequeño pueblo. Con soluciones rurales para los problemas rurales, es decir, escribir las leyes con sensibilidad rural.

La gente ahora se siente más segura en las zonas rurales, pero las comunicaciones son esenciales en el desarrollo económico y comercial. Toca fomentar el modelo de percepción, los trabajos artesanos, el turismo, la gastronomía, los recursos naturales y ecológico… y sin poner trabas.

Hay que empezar a concienciarnos de la necesidad de los servicios mancomunados. No podemos tener de todo en nuestros pueblos, pero sí servicios esenciales. Nos jugamos mucho todos, alcaldes y concejales. Somos voluntarios rurales que trabajamos por nuestros pueblos las 24 horas del día y suprimir las estructuras administrativas es un error y no ayuda porque hay que seguir prestando servicios.

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