CARTA AL DIRECTOR

‘De chamanes, brujas y otros intrusos (en la Psicología)’

En los últimos años se han multiplicado las necesidades de atención psicológica, bien sea por trastornos de ansiedad, duelo, apoyo psicoeducativo, o atención neuropsicológica, entre otras muchas, que se están agravando con la pandemia a consecuencia de las experiencias que estamos viviendo y los factores que nos acompañan. Hay mucho sufrimiento psicológico, mucha necesidad de apoyo y un límite en la capacidad para atender.

Mucha demanda y poca oferta. Y como si de un campo recién llovido se tratara, brotan individuos que prometen tratar y curar todos los males. Los hay modestos, con sencillos anuncios en papel fotocopiado ofreciendo servicios brujeriles y chamánicos, curan depresión, estrés, impotencia o mal de amores; pero también los hay muy elaborados, con páginas web de diseño impecable, un currículo lleno de Masters y Cursos, plagados de términos altisonantes y centros de estudios que parecen salidos de Harry Potter.

Nos encontramos con intrusos formados en estudios que nada tienen que ver con la psicología, que son “expertos” en coaching emocional sin ninguna formación, ni formal ni homologada, en emociones, en intervención psicológica, que solucionan desde la depresión al liderazgo, aportan la motivación necesaria para alcanzar el éxito, y tienen la receta para la felicidad. Previo pago de cantidades considerables. Ejerciendo con métodos ultraprocesados y estandarizados, o super naturales y ecológicos, recibidos en cursillos donde se aplican técnicas muy similares a las de las sectas.

Todos estos casos son intrusismo profesional, pero sobre todo son un atentado para la salud y el bienestar de los ciudadanos. El problema no es que estafen un dinero ofreciendo terapias basadas en fábulas y pseudociencia. El problema real es que puede repercutir de manera muy negativa en los trastornos de las personas, agravando situaciones dolorosas y críticas, pudiendo dotar de herramientas inútiles o contraindicadas a personas en situación de vulnerabilidad psicológica, con las peores consecuencias en ocasiones.

Desde el Colegio Oficial de Psicología de La Rioja encontramos dificultades para frenar legalmente el intrusismo, aunque en alguna Comunidad Autónoma ha salido alguna sentencia favorable contra el intrusismo en Psicología. Pero sí podemos informar a la ciudadanía de la vulnerabilidad que tenemos, todos, en estos momentos y que debemos estar alerta. Ni las brujas, ni los chamanes, ni los “coach” están capacitados para intervenir en problemas psicológicos, eso es tarea de los psicólogos, en ocasiones apoyados por otros profesionales de la salud mental.

También debería ser tarea de psicólogos diseñar programas de prevención para limitar los estragos en el bienestar mental de la población en situaciones como la actual, intervenir para ayudar a mitigar el sufrimiento, favorecer comportamientos prosociales o facilitar una comunicación comprensible a toda la sociedad.

De momento, algo se ha paliado la situación del último año, gracias a los esfuerzos para multiplicar el apoyo psicológico a colectivos (sanitarios, docentes, …) en situación de estrés, y a población en general, a través de mecanismos de colaboración que han promovido los diferentes Colegios de Psicología de España. Pero no es suficiente. Se necesitan más psicólogos en centros de salud, más psicólogos en centros educativos y establecer un turno de oficio para psicólogos que asistan a familias, profesionales e individuos desde servicios sociales. Las intenciones son buenas, los hechos escasos, aún.

Pero como mínimo, desde la administración pública, instituciones y organizaciones debería evitarse el intrusismo, la difusión de pseudoterapias, y métodos sin ninguna base científica. Es necesario ser más rigurosos y exigentes a la hora de definir quién hace qué, qué ayudamos a divulgar y qué no, qué formación ofrezco a los empleados, los ciudadanos o público, y si tiene una base científica o no.

Evidentemente formar en conocimiento de psicología a estudiantes, trabajadores, docentes, y población en general debería ser realizada por psicólogos. Por una cuestión de calidad. Por una cuestión ética. Para evitar intrusismos indecentes. Hacerlo así mejoraría el conocimiento que se tiene de la psicología, pero sobre todo podría poner la base para un mayor bienestar mental.

La psicología está presente en muchos ámbitos, al fin y al cabo, es la ciencia que estudia el comportamiento humano, las emociones y la cognición. Cuenta para ello con numerosas especialidades, la más conocida la psicología clínica que se ocupa de los trastornos mentales, pero también hay psicología de las organizaciones, emergencias, comunitaria, educativa, política, jurídica, social, deportiva y un largo etcétera, siempre relacionadas con la salud y el bienestar mental.

En la mayoría de las especialidades se requiere, no solo el grado o licenciatura en Psicología, también un Máster o Título de especialización que indique tu formación para poder ejercer en dicho campo, junto a formación continua, específica y actualizada en dicha especialización. Y además de todo ello estar colegiado, para poder acreditar la capacitación para ejercer y el cumplimiento del código ético y deontológico. Cuando necesite atención psicológica solicite el número de colegiado, y si lo desea puede comprobarlo en el Colegio Oficial de Psicología de La Rioja.

Así que lanzamos un nuevo mensaje y una petición, el mensaje es claro, a toda la población: cuidado con los intrusos que estafan aprovechando la fragilidad en la que nos encontramos por la pandemia y poniendo en riesgo nuestra salud mental. La petición es más concreta, a las instituciones, empresas y autoridades: comprométanse a no apoyar, difundir o contratar a brujas, chamanes o “intrusos” en la psicología, no hagan el juego a divulgadores de pseudociencias o directamente aprendices de recetas de Hogwarts.

Por nuestra parte estaremos vigilantes, y disponibles para atender a la ciudadanía.

*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.

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