Crisis del Coronavirus

“Las centrales de seguridad van a colapsar con la protesta de las alarmas”

La hostelería y el comercio no cesan en el empeño de volver a retomar su actividad lo antes posible y defienden que sus sectores “no son los culpables de los nuevos contagios”. Por ello, además de dos protestas que ya han puesto en marcha estos pasados días, los negocios han decidido “meter ruido hasta que nos quieran escuchar”. A partir de este jueves a las 12 horas, encenderán las alarmas de sus locales o sacarán sus cacerolas a relucir. “Porque esos cinco minutos de ruido son por ti y por todos. Reclamaremos juntos nuestro derecho al trabajo”.

Una propuesta que puede llegar a complicar, y mucho, el trabajo de las centrales de seguridad. “Por lo que pueda pasar, nosotros ya hemos reforzado el servicio, pero esta manera de manifestarse puede causarnos muchos problemas”, explica Ismael Dorado, director técnico de Seguridad 2000. Los trabajadores de las empresas de seguridad, en el momento en el que salta la alarma, desconocen si el aviso es real o no, así que tienen que poner en marcha su protocolo de actuación: “Avisar al propietario del establecimiento y, si no responde, pasar la alerta a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”.

Ismael Dorado asegura que preocupa que se produzca un colapso y por lo tanto un retraso en las tramitaciones. “Hoy pueden ser cuatro alarmas, pero mañana cincuenta y pasado quinientas. Y si no actuamos en consecuencia, nos enfrentaríamos incluso a sanciones”. De igual forma, el director técnico de Seguridad 2000 advierte que los dueños de los establecimientos también podrían ser apercibidos si llevan a cabo esta protesta y sancionados si se hace de forma repetida. “Algunos clientes ya se han puesto en contacto con nosotros para preguntarnos qué consecuencias pueden conllevar esta protesta”.

Y es que a pesar del pequeño alivio que está dando la pandemia estos días, el Gobierno de La Rioja confirmó este miércoles el mantenimiento de las restricciones sociales hasta el próximo 23 de febrero. Situación que sigue afectando, sobre todo a hosteleros y comerciantes.

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