El CD Calahorra abandona 2020 en la misma categoría en la que lo empezó, pero nada es igual, ni siquiera su entrenador. El COVID-19 ha trastocado todas las previsiones y en tiempos convulsos para la economía y la sociedad; el bloque rojillo ha encontrado la forma de resistir y seguir creciendo. Aunque el formato futbolístico haya dado un giro espectacular, el fútbol profesional sigue a un solo escalón. Solo diez jornadas separan ya a los riojabajeños de su ansiada ‘Liga Pro’. No es la Segunda División, pero supone aun así un estímulo muy importante.
Con Miguel Sola todavía en el banquillo, el Calahorra inició el año situado en una cómoda séptima posición dentro del Grupo II de Segunda División B (28 puntos); solo por debajo del Logroñés, la Cultural Leonesa y cuatro filiales. Sin embargo, la situación empeoró de forma notable. En las cinco primeras jornadas del año, el equipo logró solo dos puntos. La contudente derrota frente al Burgos (0-3), puso las cosas todavía más complicadas y finalmente, un nuevo tropiezo frente al Guijuelo (1-2) hizo saltar las alarmas. Sola fue destituido y en su lugar llegó Diego Martínez.
Foto: CD Calahorra
El técnico riojano solo pudo disputar tres encuentros, concluidos con empate; antes de que la pandemia del COVID-19 lo parara todo. Penalizados con 16 empates de 28 partidos, los rojillos estaban ya muy alejados de la zona alta. En esas semanas, el coronavirus ya había entrado al territorio nacional y su gravedad crecía. Hasta que llegó el confinamiento, las cifras de mortalidad, los contagios… y todas las prioridades cambiaron. El fútbol paró y no iba a volver hasta bien entrado el mes de octubre. Más de medio año de impás hasta que los riojanos volvieron a jugar.
A partir de mayo, se retomó la actividad de la localidad riojabajeña. En verano comenzó a debatirse la vuelta de la Segunda B. Tras darse la temporada por concluida y disputar los playoff de ascenso, los rojillos fueron encuadrados en el Grupo II-Subgrupo B, junto a tres conjuntos aragoneses (Ebro, Ejea, Tarazona), cuatro navarros (Tudelano, Mutilvera, Izarra y Osasuna B) y otros dos riojanos (Calahorra y Haro).
Foto: CD Calahorra
Además, la RFEF anunció la creación de la ‘Primera RFEF’, como categoría intermedia entre la Segunda y la actual Segunda B, lo que complicó todavía más la logística. Para simplificar las cosas, los rojillos tenían por delante una primera fase con solo dieciocho jornadas y sin margen para el despiste. Los tres primeros del subgrupo se asegurarían un hueco en la ‘Primera RFEF’. Por otro lado, los clasificados entre el cuarto y el sexto jugarían una promoción para luchar por esta nueva categoría. Por último, los cuatro últimos clasificados jugarían la fase de descenso a Tercera.
Con estos condicionantes, el Calahorra apostó por una revolución en su plantilla. Solo tres jugadores renovaron (Roberto Gutiérrez, Cristian Fernández y Mikel Santamaría). Llegaron diecisiete fichajes, entre los que destacan Ramón Riego, Carrique, Fran Rodríguez, Víctor Andrés, Borja Vincent, Tarsi, Jordi Ortega, Fran Sota, Amorrortu, Marc Nierga o Rayco. A priori, un equipo con muchas posibilidades de tres cuartos hacia arriba. Todo ello, aderezado con un filial potente y lleno de promesas como (Alavedra, Omar de la Cruz o Tomás Bonilla).
Foto: CD Calahorra
Comenzó la competición y, tras ocho jornadas, el CD Calahorra es líder del Grupo II-Subgrupo B (15 puntos). Hasta el momento, ha ganado cuatro partidos, ha empatado tres y solamente ha perdido uno. Su mejor baza: la defensa. Hasta la fecha solamente han encajado dos tantos, siendo la segunda mejor defensa de toda la Segunda División B, igual que la SD Logroñés y solo peor que el Ibiza (1). Lo más preocupante: la falta de gol con solamente cinco tantos anotados. Parece difícil de creer vistos los argumentos del equipo, pero así es el fútbol.
Una escasez anotadora que ya pasó factura en Copa del Rey con derrota ante La Nucía (0-1) a las primeras de cambio. Acaba 2020 con esperanza para el Calahorra, que está a diez partidos de asegurar su plaza en la Primera RFEF (más conocida como ‘Liga Pro’) y además, luchar por un ascenso a Segunda División. Los dos primeros meses de 2021 serán fundamentales, siempre que la pandemia lo permita.
Foto: SD Logroñés
