El defensa Albert Alavedra (Castellbell y Vilar, 26 de febrero de 1999) juega en el Calahorra B, pero hizo historia a cientos de kilómetros de La Rioja Baja. Nacido en Cataluña, pero de nacionalidad andorrana, logró debutar recientemente con la selección absoluta de su país, frente a Islas Feroe, en la UEFA Nations League.
Días antes, participó en el histórico encuentro ante Inglaterra de clasificación para la Eurocopa sub-21, finalizado con empate a tres. Una gran hazaña para el combinado pirenaico, representante de un microestado que no llega ni a 80.000 habitantes. Otra demostración de que el fútbol no tiene límites ni fronteras.
“Para todo jugador, estar con su selección es de lo más importante. Estoy muy contento de que el seleccionador haya confiado en mí para dar ese salto de la sub-21 a la absoluta y quiero seguir trabajando para tener más oportunidades. Fue una locura para nosotros, somos una selección muy pequeña, pero competimos siempre al máximo e intentamos llevar al límite al rival aunque tenga grandes figuras”. Tras el pitido final, llegaron las felicitaciones: “Todos los compañeros del grupo de WhatsApp del Calahorra me dieron la enhorabuena. Estamos formando un grupo de jugadores espectacular”
Alavedra relata su frenética experiencia: “Fueron días donde no parábamos (entrenamientos, reuniones de equipo, análisis del rival…). Empecé con la sub-21, después de que me llamaran para subir a la absoluta. Teníamos un viaje a Kosovo (13 de octubre) y estos escapes, quieras o no, te ayudan a ver mundo y a desconectar un poco de la realidad, estamos viajando, viendo países. No podemos salir del hotel, pero aún así es importante”, pondera el andorrano. En un mundo tan condicionado por la pandemia, esta es la forma de desplazarse de forma internacional.
Foto: Selección Andorrana de Fútbol
Tras pasar por diferentes equipos (Espanyol juvenil, Sabadell juvenil, Manresa, UD Logroñés B o Algeciras.), llega al filial rojillo con muchas ganas: “Lo elegí por la historia del club, estuve ya en La Rioja y conozco mucho el lugar. Un primer equipo en Segunda B y un filial en Tercera también da muchas oportunidades, trabajaremos para lograr ese saltito”. Los objetivos son lógicos: “Nosotros tenemos que luchar por lo más arriba posible cada semana e ir a por los tres puntos. He entrenado con el Tercera e intentar ayudar al equipo en todo lo que pueda”.
“Si sale la posibilidad de entrenar con el primer equipo puedes genial, pero mi equipo es el Tercera”, explica el defensa. El futbolista comparte piso con algunos de sus compañeros en Calahorra y tiene mucha ilusión: “Somos gente joven, no nos vamos a guardar nada ni en entrenamientos ni en partidos, y eso se nota. Un filial busca nutrir al primer equipo de posibles urgencias”.
¿Un formato adecuado?
Alavedra, viejo conocido de la afición logroñesa por su paso por la UD Logroñés B, no quiere mojarse demasiado sobre la nueva Tercera División y su organización: “Nosotros al final no pintamos nada en estos asuntos, pero sí que te deja dudas: ¿no se podía hacer de otra manera? No creo que hayan buscado nada malo, nosotros siempre intentaremos ir a por los tres puntos, para que luego no nos lamentemos al final de temporada. Todos los equipos intentarán estar arriba y nuestro grupo será súper competitivo”.
