La presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, ha reconocido este miércoles que “si fallan unos pocos, fallamos todos” ante la expansión de la pandemia. “Hemos vivido en carne propia lo que supone bajar la guardia ante el virus. Nuestros actos durante el pasado verano, han contribuido a que hayamos vivido un otoño de endurecimiento de las restricciones en el que se han disparado: los contagios, las cuarentenas domiciliarias y los aislamientos preventivos, la presión sobre nuestros centros de salud y hospitales, y los fallecimientos a causa del coronavirus”.
“Y digo ‘nuestros actos’ porque, aunque la inmensa mayoría de la ciudadanía ha sido responsable, solidaria, y ha seguido las recomendaciones para frenar esta pandemia, a la hora de controlar la expansión del virus, si fallan unos pocos, fallamos todos. De cara a estas Navidades no hay excusa para cumplir las normas. Todos y todas estamos cansados de esta situación. Todos y todas deseamos, más que nada, volver a estar junto a nuestros familiares y amigos”, ha señalado.
La prioridad, ha destacado Andreu, sigue siendo controlar la propagación del virus. Según los datos de los que dispone el Gobierno de La Rioja, los principales ámbitos de transmisión de los brotes se dan en el ámbito social, sobre todo, en encuentros familiares y amistades no convivientes, principalmente, en lugares cerrados como domicilios particulares o espacios interiores, en muchos casos mal ventilados, donde se habla a un alto volumen y no se hace buen uso de la mascarilla o, incluso, se realizan acciones incompatibles con su uso continuo, como comer o beber.
“Si a lo anterior sumamos un elevado incremento en los desplazamientos entre territorios, nos encontramos ante una amenaza real de sufrir con dureza una tercera ola antes de que la vacunación generalizada, que ya vemos como una realidad en el horizonte próximo, nos permita una normalización de la situación sanitaria. Y permítanme aquí detenerme en el matiz. Sufrir una tercera ola de la pandemia antes de la vacunación puede que no sea una opción. Pero sí lo es mitigar su dureza. Está en nuestras manos”, ha añadido Andreu.
La presidenta ha recordado que para contener el virus las medidas de reducción de la movilidad social funcionan, así como las medidas de higiene y seguridad personal. “El cumplimiento de las medidas debe ser individual, pero también colectivo”, ha destacado. Por todo ello, se ha prolongado el toque de queda (23-5 horas) y el confinamiento perimetral de La Rioja hasta el próximo 15 de enero.
No obstante, del 23 al 26 de diciembre y desde el 30 hasta el 2 de enero se permiten los desplazamientos a otros territorios que sean lugar de residencia habitual de familiares o personas allegadas, sin perjuicio de lo dispuesto por las autoridades de otros territorios. Entre las mismas fechas, el horario de cierre de bares y cafeterías será a las 8 de la tarde, salvo para servicios de comida a domicilio o recogida por parte del cliente.
Las celebraciones entre familiares y allegados en Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo tendrán un límite de 10 personas como máximo salvo que sean convivientes. Es decir, familias convivientes durante todo el año que superen los 10 miembros.
Para la celebración de estos encuentros se recomienda que esas personas pertenezcan al mismo grupo de convivencia; que no se superen los dos grupos de convivencia, y que se extreme la precaución y cuidado con las personas en situación de vulnerabilidad para COVID-19.
“Que nadie se lleve a engaño. Ni estamos, ni vamos a estar durante las próximas semanas en una situación de relajación. Todo lo contrario. Los datos nacionales de contagios del pasado fin de semana no los veíamos desde el pasado noviembre. La pandemia se encuentra en un momento crítico, en que se ha ralentizado la caída de contagios y se ha estancado la evolución favorable en la presión asistencial”, ha incidido la jefa del Ejecutivo regional.
“Pido, por favor, a todos y a todas, que cumplamos las indicaciones y respetemos las medidas de seguridad sanitaria. Por favor, seamos responsables, no pensemos en cuántas personas vamos a celebrar la Navidad este año. Pensemos en cuántas personas vamos a celebrar el resto de Navidades de nuestras vidas. De lo que hagamos este año va a depender en gran medida cuántos nos podamos sentar a la mesa en el futuro”, ha concluido.
