Son días tristes para el sector servicios de La Rioja. La hostelería de Logroño y Arnedo permanece cerrada durante un mes por decreto gubernamental para tratar de contener al coronavirus y los cierres de restaurantes se suceden para capear el temporal de la crisis desatada la pasada primavera.
Este lunes ha habido un inusual ajetreo en uno de los hoteles de referencia de Logroño: el Mercure Carlton Rioja de la Gran Vía de Logroño. Varios operarios han ‘tapiado’ sus accesos y la recepción solo atiende el teléfono para trasladar un mensaje inequívoco: «Estamos cerrados».
El establecimiento, perteneciente al grupo Pretur, ha adoptado esta medida para tratar de contener las pérdidas asociadas a la caída de viajeros motivada por las restricciones a la movilidad. Durante unos meses (la cadena prevé poder reabrir en Semana Santa), los escasos viajeros que recalen en Logroño solo verán los accesos inhabilitados del hotel.
Cabe recordar que el Carlton fue el hotel elegido por la Consejería de Salud para que allí pudieran pernoctar los profesionales sanitarios de la ‘primera línea COVID’ durante la primera oleada de la pandemia y, de este modo, proteger a sus familias de posibles contagios.
Ahora el Carlton se suma a los establecimientos que no han encontrado otra salida a la crisis que bajar la persiana. Al menos, de forma temporal.
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