Logroño ha amanecido este domingo con los ecos de los disturbios de la pasada noche todavía resonando en los oídos de los logroñeses. El ruido de las sirenas, los pelotazos y las pedradas no se iba de la cabeza de unos vecinos que no entienden qué pudo pasar este sábado por la cabeza de unos doscientos jóvenes para emprenderla con la policía y el mobiliario urbano. Una violenta protesta para reivindicar no sé sabe muy bien qué bajo el amparo de la palabra “libertad”.
Bajo un sol casi veraniego, cientos de logroñeses se han acercado al centro de la capital riojana para ver en primera persona cómo había quedado su ciudad. Poco rastro quedaba de la batalla campaña sucedida entre las 20 y las 22 horas, ya que bomberos y servicio de limpieza habían intervenido nada mas acabó la reyerta. Además, un grupo de jóvenes ha “madrugado” este domingo para, de forma totalmente voluntaria y con todas las ganas del mundo, limpiar los destrozos y los restos del desastre.
Pese a la rápida limpieza realizada, todavía podían verse algunas pintadas en paredes, contenedores y marquesinas, así como destrozos en el Paseo del Espolón (árboles arrancados, cristales rotos…) y sus zonas aledañas. El lugar más afectado y que ha concentrado casi todas las miradas, la tienda de Lacoste en Marqués de Vallejo, saqueada por medio centenar de jóvenes durante las protestas.
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