La Rioja vive este sábado su segunda jornada de las catorce de confinamiento para tratar de contener el avance del coronavirus, que ha llevado al Gobierno de La Rioja a solicitar a Moncloa la declaración del estado de alarma (este domingo se celebrará un Consejo de Ministros extraordinario para decidir al respecto).
Las medidas acordadas son excesivamente drásticas para unos y laxas para otros, pero la tozudez de los datos muestran la gravedad de la situación. Especialmente en la capital autonómica, donde la incidencia acumulada se ha disparado en los últimos días y supera ya el millar de casos (1.051, para ser exactos) por cada cien mil habitantes, es decir, más del doble del nivel de “riesgo extremo” fijado por el Ministerio de Sanidad (500 casos).
El dato, facilitado por el Gobierno de La Rioja, coincide con los resultados del cribado masivo desarrollado en Logroño a lo largo de la semana, que se ha saldado con 108 positivos detectados tras realizar 11.270 test de antígenos. O lo que es lo mismo, una incidencia acumulada de 958 casos por cada cien mil habitantes, solo a través de pruebas aleatorias entre los vecinos de los distritos de la capital más afectados por la pandemia.
No es, en cambio, Logroño la ciudad más castigada por la transmisión del COVID-19 en estos momentos. En Arnedo el confinamiento decretado a finales de septiembre no ha surtido efecto y la incidencia acumulada de la Ciudad del Calzado está en estos momentos en 1.156 casos por cada cien mil habitantes. Por este motivo, el alcalde de la localidad consideraba este viernes que la localidad “no levanta cabeza” y tachaba de “inaceptables” los datos sobre la incidencia del virus en su municipio.
Calahorra, la segunda ciudad más poblada de La Rioja, presenta datos más amables, pero todavía muy por encima de los niveles de “riesgo extremo”: 734 casos por cada cien mil habitantes.
En su último mensaje a la población, Pedro Sánchez proponía el “reto” de reducir el impacto del virus hasta los 25 casos por cada cien mil habitantes. Una meta que en La Rioja prácticamente ni se vislumbra en el horizonte, pero que se aspira alcanzar a través de medidas más severas para recuperar el terreno que el COVID-19 ha ganado en los últimos meses.
