Crisis del Coronavirus

Día 1 del cierre anticipado: persianas bajadas a las 21 horas

Barras vacías, terrazas sin gente, persianas bajadas, puertas cerradas… y trasiego de personas abandonando una hostelería que ha vivido su primer día de ‘confinamiento’ anticipado a las 21 horas. La Rioja ha comenzado este viernes las restricciones especiales para frenar la expansión del COVID-19 en la región. Desde primera hora, fronteras cerradas para evitar viajes injustificados que entren o salgan de la comunidad. Guardia Civil y Policía Nacional han controlado las carreteras.

A primera hora de la tarde, ya eran numerosos los bares y cafeterías que habían decidido cerrar. Aquellos cuya caja se nutre de cafés y almuerzos han decidido descansar este viernes en horario vespertino. Poca alegría en las calles del centro de Logroño y menos gente de lo habitual paseando.

Poco antes de las 21 horas, el corazón gastronómico de la capital riojana, Laurel, San Juan y Bretón de los Herreros, ya adelantaba el sentir de los logroñeses: tristeza y resignación. Bares prácticamente vacíos en los que la gente que queda apurando el horario hostelero hablan sobre el futuro: “¿Qué nuevas medidas nos esperan? ¿Habrá toque de queda?”.

Víctor, propietario de Casa Víctor, ha señalado que es una decisión dolorosa sobre todo para la hostelería “con la que está cayendo, pero nuestros clientes están respondiendo muy bien. La gente recoge, se va educadamente y mañana será otro día. Ojalá remando todos en la misma dirección esto acabe lo más pronto posible”.

Por su parte, Álvaro González, de La Trattoria, Bococa y The Club, no comprende esta “situación de bloqueo. Estamos tomando todas las medidas posibles dentro y fuera del local. El hecho de cerrar a esta hora implica que las cenas mueran y eso a muchos locales nos destruye. Qué pasa, ¿que el virus a las 15 horas no da problemas y a las 21 sí?”.

Desamparo, frustración y sobre todo incertidumbre. Este es el sentir de los hosteleros a los que “nos está matando no saber qué pasará mañana. Necesitamos que las Administraciones nos escuchen. Legislar es complicado y hay que tomar decisiones, lo comprendo, pero entiendo que para tomarlas hay que, primero, escuchar a los gremios y poner todos los argumentos sobre la mesa”.

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