Ya llueve menos para aquellas familias en las que los adultos trabajan y se las han tenido que ingeniar durante los últimos cuatro meses para cuidar de sus pequeños. Máxime, cuando los abuelos han sido uno de los sectores señalados como vulnerables en la pandemia por coronavirus.
Este miércoles ha comenzado la ‘desescalada’ de las escuelas infantiles y las guarderías, que en el caso de La Rioja se ha producido ‘a medio gas’ por cuestiones burocráticas. De los veinticinco centros que han solicitado su apertura durante el mes de julio, solo quince de ellas (once guarderías y cuatro ludotecas) han acogido ya a sus primeros alumnos y el resto se encuentran en proceso de subsanación de los requisitos reclamados por la Consejería de Educación.
Para poder llevar a cabo la reapertura, los centros han presentado al Ejecutivo sus propios planes de seguridad, en los que adaptaban sus instalaciones a las directrices de la Guía General de Recomendaciones y Orientaciones para prevenir contagios por COVID-19.
En declaraciones a Radio Rioja Cadena SER, la directora general de Educación ha indicado que “estas empresas son las que más han sufrido al tener que permanecer cerradas, por lo que su reapertura es absolutamente necesaria”. Pepa Iriarte ha agradecido la “paciencia y el sentido de la responsabilidad” de los responsables de las escuelas infantiles porque “en todo momento, por encima de sus intereses económicos, ha estado la seguridad de los menores”.
