Hogar, dulce hogar. Pese a la cuarentena de quince días que tendrán que pasar en casa, cinco estudiantes riojanos sonríen hoy casi más que nadie en toda la comunidad. Los jóvenes de 15 años han llegado al aeropuerto de Madrid después de varias semanas atrapados en Irlanda. El ‘quinteto’ forma parte de una expedición un poco especial, ya que doscientos españoles han tenido que regresar al país en un vuelo charter contratado por su cuenta.
Al llegar al aeropuerto de Barajas, control de temperatura y paso a la cuarentena. El final a una historia que comenzó con un enfado por el “abandono” de la embajada y continuó con una iniciativa en las redes sociales que les ha traído a casa. Como punta de lanza, padres y trabajadores expatriados que buscaban ayuda para regresar. Y es que con el cierre de fronteras, cientos de españoles se quedaron atrapados en la isla.
“Hay decenas de historias. Muchas muy complicadas y todos se han quedado atrapados aquí. Algo había que hacer”, explica Karmele Matellán, que lleva veinte años en Dublín –donde tiene una academia de idiomas– y que también es representante de la colectividad española en el país en el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE).
En el caso de los menores riojanos, se trata de cinco estudiantes que estaban realizando este curso en tierras irlandesas. Marisol Subirán, la calagurritana responsable de Eire Training, la empresa que ha gestionado su estancia, ha detallado en Diario La Rioja que ha sido un regreso “muy complicado” porque las escalas en otros países eran “inviables”.
Lo explica uno de los organizadores en el Diario de León. Darío Gómez, originario de Ponferrada, incide en que la iniciativa surgió a raíz de que la Embajada les negara un vuelo directo a Madrid: “Nos decían que había otras alternativas como hacer escala en Londres, donde te arriesgas a que te cancelen el vuelo, además de un posible contagio”. El caso para los riojanos era todavía más complicado, ya que al ser menores no pueden cruzar países así como así. Por suerte, todo ha tenido final feliz.
