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El comercio local quiere rebajas: “Si no, acabarán con nosotros”

La normativa dispuesta por el Gobierno central de prohibición de las rebajas en tiendas físicas en caso de no cumplir con las medidas de distanciamiento social para evitar aglomeraciones ha generado revuelo entre los pequeños comerciantes del sector textil. La medida, sin embargo, sí excluye a las tiendas online, una “discriminación” para aquellos negocios que no disponen de una o no les genera suficiente actividad.

“Si no nos dejan poner rebajas en nuestros establecimientos, van a acabar con nosotros y con el pequeño comercio que tanto quieren salvar, beneficiando además a las grandes cadenas”, apunta tajante Yolanda Elías, de Nice Things. “Lo ideal sería que las retrasaran lo máximo posible, porque llevamos dos meses sin ingresos y necesitamos recuperar, pero no podemos perder ese periodo de descuentos, aunque llegue más tarde. Las medidas de distanciamiento no son un problema para nosotros porque la gente puede esperar fuera haciendo una fila”, añade.

Yolanda Elías.

Coincide con ella Eva Saénz, propietaria de Mima’s: “Por el momento tenemos que mantenernos así, pero a finales de agosto lo que vamos a querer es dar salida al producto y qué mejor forma para incentivar la compra que con ofertas atractivas, y más dada la situación económica en la que muchas familias se habrán quedado con esta crisis”. El pequeño comercio se resiste: “Estoy luchando para que la recuperación sea lo antes posible pero esto es nuevo para todos y es normal que la gente necesite tiempo”, apunta Elías.

Mucho más pesimista se muestra Carmen González-Cuevas. Su local Pan Blanco reabrió el pasado jueves con cita previa y, “sorprendentemente, acudió bastante gente, aunque esta semana ya ha vuelto el parón”. La propietaria asegura que el comercio local está pasando por “un momento durísimo económicamente que va a provocar el cierre de muchos de ellos”: “En seis meses, nuestras prendas se quedan obsoletas y tenemos miles de euros colgados en la percha, mientras que los proveedores nos siguen pasando los recibos”.

Carmen González-Cuevas.

González-Cuevas recela de la medida decretada por el Gobierno en lo referido a las rebajas: “En el interior de las tiendas físicas no se van a crear aglomeraciones, solo filas en la calle. Si nos prohíben hacer descuentos, la compra se va a frenar mucho más teniendo en cuenta que la campaña de invierno también va a ser complicada. Hablan de ayudar al pequeño comercio pero a la hora de la verdad, nada. Lo que hace falta es que la gente quiera consumir para poder hacer efectiva esa reactivación de la economía”.

Para ello las tiendas se han provisto de todos los productos de limpieza y desinfección, que ya se han convertido en parte del mobiliario. Muchos comercios perciben esta reapertura como “abrir por primera vez”, con “incertidumbre” y a la expectativa de cómo van a responder los clientes. Así lo considera Déspina, de Peletería Georgios: “Aunque el primer día la gente haya venido con ganas, al comercio todavía le queda un largo camino para recuperarse”. “El tiempo también influye y cuando no acompaña, la gente se queda en casa”, añade Saénz.

Eva Sáenz.

En su caso, todavía tiene a sus empleadas en ERTE y no tiene previsión de cuándo podrá volver a reincorporarlas en sus puestos de trabajo: “A día de hoy es inviable, bastante nos ha costado mantenernos abiertos. Las ventas todavía no son lo que se esperaban, a pesar de que el lunes hubo más tráfico y con la ropa infantil es más sencillo dado que hay más necesidad que para los adultos y apenas se prueban las prendas”.

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