Crisis del Coronavirus

Aliados y enemigos de la ‘nueva movilidad’ en Logroño

No son pocos aquellos vecinos que se han topado con un Logroño nuevo al ‘desconfinarse’ con la ‘Fase 1’ de la “desescalada”. No solo porque al cruzarse con otros viandantes se palpa, cuando menos, respeto a un posible contacto físico; sino porque, además, hay calles de las consideradas ‘estratégicas’ que han cambiado sustancialmente la forma de transitar por ellas.

En lugares como República Argentina, Gonzalo de Berceo o Belchite los vecinos han descubierto nuevas calles, en las que el tráfico rodado se ve más arrinconado para habilitar nuevos carriles peatonales a lado y lado de la calzada. Delimitados por pivotes, estos espacios tienen como objetivo facilitar el tránsito peatonal para favorecer al comercio de proximidad. Pero ¿funcionan realmente?

A sabiendas de que es pronto para extraer conclusiones definitivas (la ‘Fase 1’ apenas lleva 48 horas en vigor), sondeamos la opinión de algunos comerciantes cuyos establecimientos dan directamente a estos nuevos carriles. Y si en lo político todo se reduce a las ‘dos Españas’, en el comercio también encontramos a los ‘dos Logroños’: el que añora más presencia de vehículos y el que apuesta por esta nueva forma de entender la movilidad urbana.

Entre los partidarios del cambio se encuentra María Jesús, que regenta una zapatería en República Argentina y resume el nuevo trazado de la vía como “perfecto”. “Hay más espacio para que los viandantes puedan estar a la distancia permitida y evitar aglomeraciones”, explica, si bien reconoce que “todavía hay un poquito de miedo entre los clientes, que van entrando poquito a poco; pero por lo menos vamos vendiendo algo”. “Tardaremos en avanzar, pero la gente se irá animando poco a poco”, confía.

Bien distintas ve las cosas Cristina, repsonsable de una tienda de alimentación a solo unos metros de distancia. Aunque reconoce que los nuevos carriles “están bien para los peatones”, explica que “aquí venía mucha gente a comprar en coche y ahora no puede aparcar; le han quitado mucha vida a la calle”. A título práctico, lamenta que “lo tenemos muy mal para descargar la mercancía porque apenas hay espacio y están aparcados los coches de los vecinos”. Al igual que María Jesús, percibe que “hay mucho miedo a introducirse en espacios cerrados; los clientes entran con recelo y se tranquilizan algo al ver que llevas guantes y mascarilla, pero lo de la calle nos ha matado”.

Y como entre el blanco y el negro hay una escala de grises, María encuentra luces y sombras en la nueva medida del Ayuntamiento desde el mostrador donde despacha a los clientes de su papelería. Como comerciante, critica que “nos perjudica un poco porque los clientes tienen dificultades para aparcar, aunque entendemos que es necesario. Yo soy la primera que ha tenido que alquilar una plaza de aparcamiento para venir a trabajar, porque no vivo en Logroño, pero por otro lado, soy de las que prefiere ir a comprar andando y no en coche”.

No obstante, recalca que las medidas son positivas o negativas en función del uso que se haga de ellas, ya que “ves que hay gente que camina en grupo y les da igual que la acera tenga tres o diez metros de ancho”. Además, considera que hará falta tiempo para valorar los efectos de esta ‘nueva movilidad’ y subraya que “estamos un poco a la expectativa de comprobar si es una medida transitoria o finalmente la calle se va a quedar así.

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