CARTA AL DIRECTOR

Contagiarte o no depende, en gran medida, de ti

Quería aprovechar que se acerca el momento de empezar a salir para comentaros una cosa. De todos es sabido que la gestión del Gobierno parece mejorable. Sin embargo, no se ha hablado tanto de la responsabilidad individual de los ciudadanos. Esto nos ha pillado desprevenidos a todos, pero ahora que sabemos de qué va el tema hay que ponerse las pilas. Haya o no haya test.

De cara al futuro, contagiarte o no depende en cierta medida de ti. De ti, sí; no de la OMS, ni del Gobierno, ni de la oposición, ni de nadie más. Depende de lo responsable y cívico que seas en las próximas semanas.

Aquí a lo mejor los dentistas podemos daros algún consejo. Como colectivo infinitamente expuesto a todos los bichos habidos y por haber en la saliva y en la sangre de nuestros pacientes, os alegrará saber que no estamos contínuamente enfermos.

¿Cuál es nuestro secreto? Muy sencillo: protegernos y trataros a todos como si fueseis contagiosos. Aunque estéis sanos como una manzana. Y aún así, a veces venís resfriados y nos toséis en la cara… Pero bueno, seguimos sobreviviendo.

¿Cómo lo hacemos? Pues no nos tocamos la cara con los guantes, ni nos rascamos el pelo, ni nos tocamos un ojo. Ni nos ponemos la mascarilla en la frente. Usamos gafas de protección. Desinfectamos y esterilizamos todo escrupulosamente cuando os marcháis. Nos lavamos las manos contínuamente e incluso la cara. Utilizamos uniformes, gorros. Y con todo y con eso, he de reconocer que la mascarilla que llevamos protege menos de lo que parece, porque ya sabéis que no filtra demasiado de fuera hacia dentro. Así que contra las infecciones respiratorias estamos más vendidos, pero ahí entra el triaje de los pacientes y vuestra solidaridad para cambiar la cita si tenéis catarro. Aunque no os preocupéis, porque eso está cambiando. Cada vez estamos mejor preparados.

Lo que os quiero decir con esto es que los contagios se evitan tomando medidas y que muchas de esas medidas están en vuestras manos, sin que haya necesidad de Decretos del Gobierno. Mantened la distancia interpersonal. No os toquéis la cara. Lavaos las manos todo el tiempo. Cambiaos de ropa al llegar a casa igual que yo me quito el uniforme cuando salgo de trabajar. Del mismo modo, limpiad todos los objetos que pueda haber tocado otra persona antes de llevarlos a casa. Vuestra casa tiene que ser una zona limpia. Tratadla como tal.

Si tenéis una mascarilla limpia, ponéosla. La que sea. Pero ponéosla al salir de casa y no os la quitéis hasta que volváis. No la toquéis para nada. Está sucia. No hay que bajársela para hablar, ni para toser, ni para estornudar. No hay que ponérsela en la frente, ni llevarla colgando de una oreja. Es una barrera que evita que tu saliva llegue a la persona a la que tienes enfrente. Y si todos las llevamos correctamente nos protegeremos los unos a los otros. Además impide que te toques la boca o la nariz además porque las llevas tapadas. Si no filtra no te preocupes, para eso mantienes la distancia interpersonal.

Los guantes son una chorrada porque no sabéis usarlos. Lo siento. Los guantes están sucios desde el momento en que os los ponéis. No sirven para nada si os dedicáis a tocarlo todo con ellos como si fueran mágicos y no manchasen. Tocad el menor número de cosas posibles. Tratad todas las superficies fuera de vuestra casa como sucias. Como no las podéis limpiar, lavaos las manos todo el tiempo. Y, sobre todo, no os toquéis la cara. En absoluto. Ni aunque os pique un ojo.

Cubríos la boca al toser y la nariz al estornudar, por favor. Pero no con la mano con la que vais a tocar todo, sino con el codo o con un pañuelo que tiréis acto seguido a la basura para lavaros a continuación las manos.Protegeos. Está en vuestra mano. Estudiad cómo se ponen y quitan guantes y mascarillas, cómo se lavan correctamente las manos y cómo se debe desinfectar todo. Yo lo hice y me sirve a diario.

Este bicho muere con agua y jabón y no penetra la piel íntegra, así que si no llega a tus mucosas estás a salvo. No te olvides de que sobrevive mucho tiempo en muchas superficies que tocamos a diario, incluida tu ropa, tus gafas, tu coche, tu móvil…

Quédate con eso y con que todos estamos contagiados mientras no se demuestre lo contrario. A mí y a mi gremio lleva décadas funcionándonos. A lo mejor, visto así, te entra un agobio que te mueres. Yo vivía así 8 horas al día y ahora 24. Lo siento, de momento no podemos relajarnos.

Y por cierto, te recuerdo que también llevamos un antivirus de serie: el sistema inmunitario. Cuídalo. Duerme bien, come bien, haz ejercicio, trata de estar tranquilo, revisa tus análisis de sangre, toma el sol. Cuanto mejor estén tus defensas, ¡mejor para ti!

Mucho ánimo, y si todos ponemos de nuestra parte esto irá mucho mejor. Aunque parezca que no, tenemos muchas herramientas a nuestro alcance.

*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.

Subir