Crisis del Coronavirus

Alejandro Valls: la dificultad de ser veterinario sólo para casos de urgencia

Veterinario de la Clínica Valls

Son trabajadores ‘imprescindibles’ durante el Estado de Alarma, pero las repercusiones económicas no han pasado desapercibidas para ellos. Alejandro Valls, de la Clínica Veterinaria Valls en Logroño, asegura que su facturación “se ha visto reducida a la mínima expresión” al atender, exclusivamente, casos de urgencia, tal como estableció el Ministerio de Sanidad. Gastroenteritis, otitis, obstrucciones y alguna que otra operación.

Especializado en cirugías, Valls obtiene gran parte de su facturación de estas operaciones realizadas en otros centros. Ahora, él, como único trabajador de la clínica, afronta las jornadas con cierta dificultad y mayor tiempo destinado a cada cliente: “El no tener a los dueños de los animales también es un problema a la hora de manipularlos, pero es lo que toca para cumplir con las medidas de protección. La gente realmente está muy concienciada con eso y no suelen acudir excepto si es necesario. Con suerte, tengo dos atenciones diarias cuando en situaciones normales rondaban las diez o doce”.

Eso sí, el trabajo fuera de camilla también se cuenta aunque no se facture. Valls asegura que las consultas telefónicas se han incrementado y muchas veces realiza este tipo de servicio, lamentablemente, no remunerado.

“No sé durante cuánto tiempo podré sostener esta situación, pero creo que no mucho. He tenido que cerrar el centro de Fuenmayor y solicitar un ERTE para mis compañeras, el cual me han aceptado. Lo malo es que no han tenido en cuenta que los vencimientos de finales de marzo han venido todos cargados y, en circunstancias normales, un negocio como este va al día, no tiene una tesorería suficiente para asumir un mes entero. Mis cuentas ahora están en rojo”, sentencia.

Un panorama “generalizado”, según Valls, entre el colectivo de veterinarios cuyas clínicas son de un “tamaño medio-grande”, ya que los más pequeños o trabajadores únicos tendrán menor carga de gastos: “Tengo a dos compañeros en Calahorra y Tudela y están en la misma situación, así que espero que esto no se prolongue mucho en el tiempo y tan solo sea un paréntesis”.

Cambio en las tendencia de mercado

Con el cierre de su peluquería canina, Mascotas Rioja se ha quedado al 50 por ciento de la carga de trabajo gracias a su tienda de alimentación y productos para animales que todavía atiende clientela. Su dueño, José Alonso, asegura que después de un mes de confinamiento no ha notado pérdidas económicas, aunque las tendencias de consumo sí han dado un giro de 180º.

“El cierre de comercios como ‘los chinos’ o centros comerciales me ha beneficiado en las ventas de productos como las bolsas para depositar las heces de los perros. Además, los artículos de cuidados y limpieza como el champú han subido un montón”, señala.

Sin embargo, ha apreciado la pérdida de clientes de otras localidades y el uso de las plataformas online para realizar compras por Internet. “El comercio virtual me ha supuesto una caída en la venta de accesorios como pueden ser correas, abrigos o juguetes, donde las compras han podido bajar hasta en un 80 por ciento”, destaca Alonso, a pesar de que él también ofrece un servicio a domicilio para sus clientes, en la mayoría de los casos como gesto solidario porque “no es rentable”.

Por su parte, los artículos de alimentación “se mantiene, compensando esos clientes que por lejanía les cuesta más venir con los que acuden aquí en lugar de ir a los supermercados”.

Aunque ahora la tienda de Mascotas Rioja respira “cierta tranquilidad” en la afluencia de gente, “los primeros días de confinamiento hubo unas avalanchas enormes de clientes y se eliminaron todos los stocks, aunque preví rápidamente lo que se venía encima e hice los pedidos oportunos”, recuerda, añadiendo que “el mercado está muy raro”.

Durante esos días, incide, se vendió en tres días lo que se suele vender durante un mes. Sin embargo, Alonso, como trabajador autónomo, no podrá percibir ninguna ayuda por la otra parte de su negocio que se ha visto obligado a clausurar.

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