Desde que hace justo una semana arrancase el infernal tedio del confinamiento por el coronavirus, las ocho de la tarde es la hora más importante del día. Es el momento en las viviendas entra el aire fresco de la calle, renovado con los aplausos que salen de su interior hacia los sanitarios que le plantan cara al Covid-19.
Si algo tiene de positivo esta crisis es que muchos vecinos se están percatando de la calidad humana de sus conciudadanos. Todos aportan su granito de arena para que la situación sea lo más llevadera y la familia Iturriaga es ya conocida en Lardero porque ese granito traslada a todo el vecindario a la platea del mejor teatro posible.
Cada día, el balcón de esta familia luce sus mejores galas musicales y el resto del vecindario no puede hacer más que guardar silencio y entregarse al deleite de las melodías que manan de él. Los agradecidos oídos se entregan a las melodías que acompaña toda suerte de instrumentos: trompeta, piano, tambor… Pero, sin duda, lo más destacado de los improvisados recitales es la voz de una soprano que hipnotiza a Lardero con su voz.
“Todos los días, después de las campanadas de la iglesia, se tocan canciones para que animen a todas las personas que trabajan y cuidan de toda La Rioja; que llegue a toda persona, demostrando que no estamos solos. Que aunque no nos conozcamos, queremos dar apoyo y alegría”, señalan algunos de estos vecinos a NueveCuatroUno.
