Crisis del Coronavirus

La cuarentena rural: “Aquí en el pueblo es mucho más llevadera”

Brieva de Cameros, este lunes bajo un manto de nieve

La aplicación del Real Decreto por el cual el Estado de Alarma entraba en vigor el pasado domingo le pilló en su segunda residencia, Brieva de Cameros, pero Sergio Díez, vecino de Logroño, no dudó en quedarse en el pueblo. “Aquí es mucho más llevadera la cuarentena que en Logroño porque, en cierto modo, existe mayor libertad. Aunque cumplamos las restricciones de no salir de casa, es más difícil encontrarnos con vecinos y siempre puedes salir un poquito a tomar el aire y volver enseguida a casa”, señala.

Aunque agentes de la Guardia Civil, según Díez, no se hayan personado por la localidad, “todos los vecinos están cien por cien concienciados con la situación y mantienen la cuarentena saliendo lo justo de sus casa”. Para ello, Brieva se ha unido, al igual que otros municipios, para coordinar y asegurar el abastecimiento a sus vecinos, “aunque aquí la gente está bien provista de víveres y muchos de ellos, además, practican la tradicional matanza”.

Tres días por semana el alguacil municipal acude al pueblo y si así se lo demandan los vecinos, cumple con algún encargo que otro. Mientras, la Farmacia, abierta al público una vez a la semana, también facilita el suministro de medicamentos a domicilio en el caso que alguien así lo necesite. Asimismo, los habitantes del municipio ya se han organizado para que, en el caso de la situación se alargue, una sola persona se encargue de bajar a comprar a la capital o al pueblo más cercano productos para todos.

“Ahora toca echar el vermú desde casa y sin amigos, pero lo importante es que esto pase y que la mayor parte de la gente esté bien, así que nos ayudaremos unos a otros”, recalca Díez. Una cuarentena que comienza siendo algo más sencilla de sobrellevar para los vecinos de la sierra gracias a las recientes nevadas y el “desapacible tiempo” que propician el gusto por quedarse en casa al calor de la lumbre, “siendo conscientes de que esto no son unas vacaciones”.

En el ámbito laboral, ha decidido cogerse unas vacaciones de quince días, aunque es consciente de que la situación “va para largo”, mientras que su mujer, regente del bar del municipio, también ha tenido que echar el cierre. “Existe bastante incertidumbre en el tema económico porque este va a ser una año excepcional y no sabremos cuándo nos comenzaremos a recuperar. Este fin de semana pasado teníamos, además, las jornadas de la alubia y estábamos desbordados de gente”, lamenta Díez.

 

 

 

 

 

 

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