La Rioja

El autoconsumo de la fotovoltaica, la “asignatura pendiente” en renovables

Con catorce parques eólicos, La Rioja es capaz de generar más de la mitad de la energía que se consume en la región. Junto a ellos, los paneles fotovoltaicos son las principales fuentes de energías renovables de la comunidad autónoma, seguido de la hidroeléctrica y de la biomasa. Entre el 70 y el 75 por ciento de la energía consumida en la región es renovable. Sin embargo, según el profesor de la Escuela Superior de Ingeniería Industrial de la Universidad de La Rioja, Alberto Falces, el autoconsumo de la energía fotovoltaica es una “asignatura pendiente”.

Mediante paneles de silicio que absorben la energía solar se produce directamente electricidad para consumirse en su totalidad, o bien consumir la energía necesaria y depositar en la red la sobrante. Sin embargo, el conocido como ‘impuesto al sol’ atacó directamente a esos pequeños productores, generalmente particulares, que debían abonar un peaje por usar la red, “cuando realmente están facilitando la utilización de su electricidad sobrante”, considera Falces.

Esa “normativa tan exigente que ha hecho tanto daño a las pequeñas instalaciones fotovoltaicas”, aunque derogada ya en octubre de 2018, “ha perjudicado a la hora de apostar por este tipo de energía, errando en el concepto de cómo aplicarla”, apunta el profesor. Asimismo, incide en que “el problema es legislativo, porque no se facilita nada la instalación de estos paneles solares, seguramente, por la presión de las grandes compañías eléctricas”.

El “hábitat perfecto”

Lances insiste en que los núcleos urbanos son el “hábitat perfecto para apostar por la energía fotovoltaica, ya que son las zonas con mayor consumo, pero se debe fomentar ese autoconsumo donde el beneficio obtenido sea para la persona que la produce”. Sin embargo, “la ley actual no favorece esta percepción, porque se cobra un precio muy superior al que paga el kw/hora, por lo que no es rentable y, así, las compañías salen ganando”, sentencia.

En este sentido, el director general de Transición Energética y Cambio Climático, Iván Moya, reconoce el auge de la fotovoltaica después del fin del ‘impuesto al sol’ en los edificios mediante el autoconsumo, por lo que recuerdan la existencia de un Plan de aprovechamiento de edificios de uso público y administrativo, como es el caso del centro de salud La Guindalera. En su tejado dispone de placas fotovoltaicas que permiten al centro ahorrar un 25 por ciento de media en su factura de la luz.

Escasa investigación y superficie

Otro de los asuntos en los que España está a la cola es en la investigación de la energía fotovoltaica. “El rendimiento de los paneles solares actuales tan solo alcanzan entre el 14 y 15 por ciento de su rendimiento. Así tan solo se aprovecha la décima parte de la energía producida del panel, mientras que actualmente hay tecnologías que permiten aprovechar el 40 por ciento”, indica el profesor. Se trata, por tanto, de “invertir en I+D, que es en lo que más han recortado tras la crisis”.

Por su parte, Moya señala la escasa superficie destinada en La Rioja a los parques eólicos debido a las “limitaciones de las autoridades medioambientales que priman el valor paisajístico y la biodiversidad” de los montes riojanos. Aunque existen proyectos en fase de tramitación, el hecho de que “gran parte de La Rioja esté protegida supone una deficiencia para el desarrollo de la energía eólica”.

La nuclear, “imprescindible de momento”

El director general de Transición Energética y Cambio Climático insiste en que, “de momento, la energía nuclear es imprescindible”, llegando a producir el 20 por ciento de la energía que se consume a nivel nacional. Sin embargo, el 1 de enero de 2020 sale a la luz el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030, por el que se busca un cierre progresivo de las nucleares.

Mientras, Lances recuerda que este tipo de energía es la que menos emisiones de CO2 genera dentro de las no renovables: “Hay que reducir las emisiones a través de las renovables pero manteniendo las nucleares y restringiendo las térmicas. La energía nuclear supone una fuente estable y controlable que debe sustentar el sistema eléctrico cuando no hay suficiente viento”.

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